Después del articulo de la semana pasada en el que analizamos los puntos a favor y en contra de algunos vinos en verano , esta semana vamos a llevarlo a la práctica y vamos a comentar algunas buenas opciones de vinos para este verano, dentro de cada grupo.
ESPUMOSOS
Para empezar nos vamos a ir a los espumosos, que además de ser el producto más versátil lo podemos tomar bien fresquito, pero no helado. Dentro de este grupo, buscaría un champagne blanc de blancs que nos defina la acidez del champaña, como por ejemplo, el del pequeño productor de Larmandier Bernier. Y si hablamos de un cava, optaría por el Parxet Brut Nature.
GENEROSOS
Aquí también tenemos otro de los grandes comodines para las comidas y con predilección para las ensaladas, muy veraniegas y con el peligro del vinagre.
Un buen Palo Cortado como el Jauna VORS de Garvey, pero si buscamos algo más refrescante y marinero, una manzanilla de Barbadillo, Solear. Lo único que tenemos que tener precaución es con el % de alcohol de estos productos y sobre todo en época de Feria.
BLANCOS
Este es sin duda el apartado más amplio de todos y en el que encontramos más opciones. Si hablamos de frescura, nos iríamos a un Albariño como por ejemplo la Caña, y si buscamos además de frescura, fruta, sabores más complejos y persistentes, una mezcla entre Borgoña por su estructura y Pouilly-fume por su sabor mineral y ahumado la encontramos en Mártires de Rioja de Finca Allende.
Una referencia internacional apostaría por lo más refrescante que sería un Mount Nelson de Nueva Zelanda; fresco, ácido y frutal en su mayor expresión.
ROSADOS
Si ahora vamos a hablar de rosados vamos a hablar del vino de moda y una gran apuesta anticrisis. Ahora bien, mucho cuidado con ciertos rosados con carbónico añadido y medio- dulces, puesto que en algún caso la calidad es bastante mediocre, y si lo bebemos muy frio, no nos vamos a dar cuenta hasta que sea demasiado tarde.
Pero como aquí hoy solo vamos a hablar de vinos de calidad, vamos a aportar alguna idea, y la primera que se me viene a la cabeza son los rosados españoles, pero con un estilo Provence bastante marcado, como puede ser, Muga rosado y la Rosa de Raventós. Ambos son suaves, con aromas muy sutiles y con un color muy pálido, que van a conseguir que el trago sea largo y placentero. Ambos, sin azucares artificiales o carbónico añadido.
La otra idea sería ir directamente a un Provence como el Chateau de Berne, donde resalta la elegancia del producto. Más opciones, sería rosados con barrica, pero en este caso preferiblemente para las cenas.
TINTOS
Para esta opción seguro que muchos de vosotros piensa “uff, demasiado potencia para el calorcito”, pero hay unas grandes soluciones. Me declino por Borgoña, sin que sean grandes crus, vamos a encontrar un buen aliado, donde bajaremos unos grados de temperatura esos caldos.
Así como también un Fleurie sería una gran idea. Si nos quedamos en España, la zona norte como la mencía de Luna Beberide o un Alvarin Negro de Escolinas, un vino de la tierra de Cangas.
DULCES
Finalmente para terminar la comida, recomendaría un vino que se sirva a una temperatura fría, y un gran ejemplo es un moscatel de Málaga como el Ordoñez nº2. También, un Vi de Gel de Gramona. Si buscamos alguna referencia internacional, iría por un vino canadiense de hielo como el Inniskillin vidal de Canadá.
Y si ahora pruebas algunas de estas opciones dime, ¿los vinos son para el verano?…
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