Pedro Óscar Rubio Navarro, director técnico y gerente de la cooperativa Nuestra Señora del Espino
Llevan casi siete décadas haciendo vino con esfuerzo y tesón, pero también con imaginación y una apuesta decidida por la calidad. Fruto de esa estrategia, este año ha llegado una importante distinción para uno de sus vinos, el rosado.
La cooperativa Nuestra Señora del Espino (El Peral), que está dentro de la Denominación de Origen Manchuela y recoge más de 12 millones de kilos de uva al año, ha sido la que ha logrado el primer premio en el Concurso de Vinos de la Diputación de Cuenca en esta categoría para uno de sus vinos más innovadores, el Olmo Hueco Rosado. Es aromático, fresco y tiene buena acidez, tal y como lo describe el gerente de esta bodega, Pedro Óscar Rubio Navarro.
Manu Balanzino: Con Olmo Hueco han conseguido este año la máxima distinción en la categoría de rosados. ¿Qué supone esto como respaldo para la bodega y para este vino en particular, en concreto?
Pedro Óscar Rubio Navarro: Pues verdad es que estamos muy satisfechos porque son unos premios que, a pesar de que son provinciales, tienen mucha repercusión en Cuenca, donde dicho sea de paso, se hacen muy buenos vinos rosados. Competir con otras cooperativas de la zona y obtener el primer premio es para estar muy orgullosos, porque seguramente en la provincia de Cuenca, junto con otras partes de España, como puede ser Navarra, se hacen los mejores rosados de España con la uva bobal. Para los socios de la cooperativa también es un motivo de satisfacción y de orgullo. Es decir, mi vino, el que viene de mis uvas, oye, pues ha conseguido un primer premio. Nosotros hemos tenido otros galardones en otras competiciones o en otros premios a nivel nacional e internacional, pero parece que aquí, que te reconozcan en casa, también es muy bonito.
¿Es común el vino rosado en España?
Sí, en esta zona además es que tenemos una variedad y unas condiciones climáticas muy buenas para hacer los vinos rosados. De un vino rosado se espera que sea aromático, que sea fresco, con muy buena acidez y un alcohol contenido. Y eso la variedad local, que es la bobal, se consigue. El año pasado intentamos ir un poco más allá y hacer un vino de muy alta categoría. Elaboramos poca cantidad, porque también la vendimia fue muy corta, pero intentamos hacerlo lo mejor posible. Y conseguimos un vino rosado muy aromático, con aromas muy explosivos, a fresa, frambuesa, a piruleta.
Además muy bonito en color, parecía una golosina, tanto en nariz como en boca. Y la gente le gustó muchísimo, tanto aficionados como profesionales. Así que lo conseguimos un poco todo. Hemos llegado a la gente, al público que lo tiene que beber y a los que lo tienen que juzgar también.
¿Qué importancia tiene el terruño, esta variedad bobal y todo el proceso de elaboración para hacer este vino?
Es muy importante, la zona donde estamos. El Peral es una zona muy buena, porque es más fría y la vendimia es más tardía. Últimamente con el cambio climático, las vendimias se han adelantado mucho. Aquí tradicionalmente se empezaba en octubre, es una zona con más altitud y con influencia de la serranía media de Cuenca. Y en esta zona lo que se dan son vinos muy frescos en cuanto a acidez y muy aromáticos. Se pueden conseguir unas cosas interesantes, así que yo creo que el terruño es importantísimo en esta zona.
Desde 1957, la cooperativa crecido tanto en calidad como en cantidad. ¿Cuáles han sido esos principales hitos en esta trayectoria?
En 1957 se funda la cooperativa y poco a poco se va creciendo. En los últimos 20 años la verdad es que se ha dado un empujón bastante importante. Yo estoy aquí desde hace seis años y en ese período hemos hecho muchas inversiones. Hemos reformado prácticamente toda la bodega. En 2014 hubo una ampliación importante y otra en 2021. Ahora mismo tenemos tanto tecnología como capacidad de elaboración y yo creo que estamos en la élite de las bodegas de la zona.
¿Qué proyectos hay de cara al futuro?
Seguir trabajando año tras año e intentar hacer el mejor vino, porque al final no podemos estar siempre innovando. Lo que cuenta es, año tras año, hacerlo un poco mejor para conseguir la excelencia. Yo diría que lo que nos queda es conseguir llegar a más público y vender sobre todo más botellas. Nuestro fuerte es el granel, pero también el embotellado nos puede servir como imagen, para crear marca y como locomotora para ir empujando lo que es el granel.
Además del rosado, ¿qué otros vinos nos podemos encontrar en la bodega y con qué uvas se elaboran?
Las uvas tintas son muy buenas. Los vinos tintos aquí me parecen excepcionales, por lo que hablábamos antes, el tema de la altitud y la frescura. Tenemos vinos tintos muy frescos, aromáticos y muy buenos para el envejecimiento. Tenemos un crianza buenísimo, con diez meses de barrica, 2022, con un 50% de Syrah, un 25% de bobal y otro 25% de cencibel. Fue un año excepcional y me parece que es uno de los mejores vinos que se ha hecho aquí hasta ahora.
Luego podemos encontrar monovarietales de cencibel y de Syrah; un blanco macabeo riquísimo y un espumoso, un vino blanco aromatizado semidulce de 7,5ºC y mucho azúcar que le gusta mucho a la gente joven, que es la que tiene que beber más vino.
¿Hacia dónde van los vinos de Cuenca? ¿Hay mucho camino por recorrer?
Creo que se ha mejorado muchísimo en cuanto a la calidad. Sí que es cierto que el sector está un poco revuelto. Aquí se lleva haciendo vino desde época romana. No creo que el sector muera, simplemente va a ir cambiando, adaptándose y lo que nos queda es adaptarnos a los nuevos tiempos y a las nuevas tendencias. Al fin y al cabo se estará intentando llegar a la gente joven con vinos blancos, rosados, más aromáticos, más frescos, más fáciles de beber o vinos como el que hablábamos antes, aromatizados y semidulces.
Vinos que lleguen a todo el mundo y sobre todo a la gente que no son grandes aficionados y que se quite el mito de yo no entiendo de vino, yo no bebo vino. Al final hay que desacomplejar todo ese tema y que llegue a todo el mundo. Y el que lo quiera beber solo, que lo beba solo, el que lo quiera beber dulce, que lo beba dulce y el que quiera beberlo con gaseosa, fantástico porque es como un refresco. Y al final lo importante es que la gente disfrute y bebiendo con moderación.
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