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“Los premios nos están marcando el camino”

David González, gerente de la cooperativa San Isidro de Ledaña

David González, gerente de la cooperativa San Isidro de Ledaña

Va a cumplir pronto sus ocho décadas de historia y cada año trabajan con una vendimia estimada de 20 millones de kilos. La cooperativa San Isidro de Ledaña, adscrita a la D.O. Manchuela, es una de esas bodegas históricas de la provincia de Cuenca, nacida en una época compleja, donde la unión hizo la fuerza entre muchos agricultores.

A lo largo de los años, esta bodega de la localidad de Ledaña ha ido evolucionando adaptándose a la demanda del mercado. Hoy tienen entre sus productos estrella el Res Non Verba Rosado, que precisamente ha sido uno de los galardonados en el Concurso de Vinos de la Diputación de Cuenca.

Además de sentirse valorados, en la cooperativa están convencidos de que les sirve para continuar por la misma senda de excelencia, como explica David González, gerente de esta entidad conquense.

Res Non Verba, un vino rosado de la cooperativa San Isidro de Ledaña

Manu Balanzino: Res Non Verba, elaborado en su cooperativa, ha sido uno de los premiados en esta edición del Concurso de Vinos de la Diputación de Cuenca. ¿Qué tiene de especial?

David González: Diría que sobre todo su fruta, que en el paladar se percibe como fresa. Me lo dice mucho el enólogo. Es como si te estás comiendo un palote de fresa. Cuando te lo echas a la nariz, por decirlo de alguna manera, te recuerda a golosinas, a palote de fresa, un poquito a mora. Además, tiene un color muy atractivo, porque tiene un color frambuesa, que es muy llamativo a la vista, y luego en boca, una acidez y un frescor que lo hace muy apetecible.

¿Por qué, como dice su nombre en latín, es un hecho y no una palabra?

Tiene todo su porqué. Hoy en día, cuando leemos mucho sobre el vino, te dicen que es una uva, vendimiada a mano, en una noche de luna llena, en solsticio, etcétera. Es decir, hay mucha historia, mucha historia que muchas veces puede o no ser verdad. Por eso, este rosado no son palabras, es un hecho. Es un hecho que es rosado y es un vino que está muy rico, que es muy bueno. No queremos inducir a que pienses que es un vino bueno sin probarlo sino que queremos que prevalezca la realidad del vino.

¿Y cuándo ha salido al mercado? ¿Es un vino reciente o un vino que lleva mucho tiempo?

Nosotros cambiamos de marca y llevamos unos tres años comercializando esta marca, Res Non Verba. Lo hacemos en rosado, lo hacemos en tinto y lo hacemos en blanco.

Si le piden consejo, ¿con qué maridaría este vino rosado?

Yo personalmente lo primero que hago con una botella de rosado es meterla en el congelador. Y fundamentalmente los maridaría con arroces y con pizzas. También con ensaladas y, por supuesto, con todo tipo de pasta.

¿El vino rosado está muy arraigado en esta zona?

Sí, es el que más se consume. Con el sobrenombre del clarete, que es como tradicionalmente se le llama por aquí, es el que más se ve por la zona.

Más que un blanco, más que un tinto.

A lo mejor nosotros podemos estar vendiendo unos 60 mil litros de rosado y luego de tinto y de blanco, 15 o 20 mil litros de cada uno. Más o menos. Por lo tanto, el rosado tiene una gran relevancia. Entras a un restaurante de la zona para almorzar y vas a ver que la gente está bebiendo rosado.

¿Qué supone el premio en este vino en concreto?

Supone una consolidación, porque llevamos varios años, o que somos primeros, o que somos segundos, en el concurso de rosado de los premios de la Diputación de Cuenca.

Aparte de eso, en una zona donde se hace mucho rosado, como puede ser la provincia de Cuenca y la D.O. Manchuela, donde se hace un vino rosado de bobal, siempre es un reconocimiento a nuestro trabajo. Y no sólo eso, sino que también ha sido premiado en concursos internacionales. También, como en el de Bruselas. Al final, entendemos que nos está marcando el camino y que lo estamos haciendo bien. Y lo que nos gustaría es que el consumo del rosado, como parte de ese, fuese despuntando.

¿Cómo ha sido la trayectoria de la bodega, desde la fundación hasta la actualidad?

Nace en 1946, cuando empiezan a crear una unión de agricultores, para la compra en común de abonos, semillas, etc.  Éste es el germen de la creación de la cooperativa y de la propia bodega. Vino muy bien a este grupo de agricultores que trabajaban con un producto fresco y perecedero como la uva. Si no se lograba vender a tiempo, o se podría o se la tenían que comer. Entonces la creación de la bodega les permitió la elaboración y defender mejor el producto. En aquella época en esta zona se empezaron a generar cooperativas con el objetivo de poner en común un esfuerzo y tratar de defender mejor un producto.

La cooperativa ya va por más de 20 millones de kilos. ¿Y hacia dónde va la tendencia? ¿Hacia dónde va, en concreto, San Isidro de Ledaña?

La tendencia es hacia cosechas cortas, debido a factores climáticos como la escasez de lluvias y el calor cada vez más intenso que hacen los meses de verano. También hay otro problema, que es que no hay un relevo generacional. Y eso, muy unido a la falta de rentabilidad del cultivo, hará que las viñas se vayan arrancando. Y lo que hicieron nuestros antepasados de una misma localidad de unirse y formar una empresa o una industria grande. Creo que va a pasar con distintas localidades. Es decir, si nosotros reducimos nuestra producción, económicamente dejamos de ser rentables y nos tendremos que unir con otras localidades para hacer una organización más potente y más llevadera.

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