Disponer la pechuga de pollo sobre una tabla y abrirla en forma de libro para poder rellenarla con facilidad.
Salar cada una de ellas y añadir un mix de especias secas a base de pimienta, tomillo, orégano, cebolla morada, cebollino, pimentón dulce y ají molido.
Para el pesto, añadir todos los ingredientes en un robot de cocina y triturar hasta conseguir una pasta verde y densa.
Distribuir el pesto sobre las pechugas de pollo y terminar con la mozzarella fresca cortada en rodajas y el tomate seco en pequeñas tiras.
Por último, y antes de cerrar las pechugas con la ayuda de unos palillos, unas hojas de espinacas frescas.
Disponerlas sobre una fuente de horno con un chorreón de aceite de oliva virgen extra y hornear a 180 grados durante 25 minutos.