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La historia de los cubiertos

Conjunto de cucharas, tenedores, cuchillos y utensilios semejantes para el servicio de mesa. Así define la RAE esa palabra tan vulgarmente empleada, cubiertos. Un conjunto típico de la cultura occidental.

Variedad de cubiertos

 Los palillos chinos, nacidos en los tiempos de la dinastía Han (206 a.C), se utilizaban para avivar las brasas o para llevarse a la boca manjares en pequeños trozos. Las civilizaciones antiguas consumían los alimentos con la mano. El poeta Ovidio recomendaba a las damiselas a comer con educación y sin mancharse la cara o la ropa.

Primero apareció el cuchillo y luego la cuchara. En cuanto al corte, existen muchos y variados: de queso, de pescado, de carne, de ostras,… En las clases altas, los invitados eran quienes traían su propio cuchillo, ya que no era proporcionado por el anfitrión. Lo que si existía era un cuenco con agua tibia,  actualmente llamado finger bol, que servía para lavarse las manos al finalizar la comida.

Para las sopas o cremas, la cuchara es la mejor opción. Proveniente del latín “cochleare” y aunque se utilizaba en raras ocasiones, en el siglo XIII en los manuales de buena conducta, se reflejaba su uso dejando atrás beber algún alimento directamente del tazón.

En la península ibérica, para estos caldos se utilizó durante muchos años un pan llamado «Mense», que servía a la vez de plato y de comida una vez terminada la sopa. Tiempo más tarde, mense dio paso a mesa.

En cuanto al primer tenedor, era más bien un pincho de un solo diente que la princesa bizantina Teodora mandó fabricar. Se dice que su generalización se retrasó por la forma, que la Iglesia relacionó con un instrumento diabólico. Hasta que se impuso su utilización, la comida era cortada por sirvientes, y se incentivaba el consumir los alimentos con la mano.

En España, el uso de los cubiertos se generaliza en el siglo XVIII, donde cada comensal tenía su juego completo y los tenedores pasaron de dos a tres y de tres a cuatro dientes. Así fue la historia de los cubiertos

Ver: La historia del mantel y la servilleta

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