Cocinas prácticas, accesibles, cómodas, pero sin dejar de lado el diseño. Elegantes, nada recargadas y con mucho espacio para almacenar y guardar utensilios, alimentos y gadgets.
Una de las tendencias que más se lleva es el minimalismo. Estilo con formas depuradas con el metal, madera y vidrio como protagonistas. También pegan las cocinas monocromáticas y ultra-brillantes, con grandes mesas sin nada encima, grandes espacios luminosos y mucha armonía y claridad para cocinar en un amplio espacio.
Si en los últimos años se imponían las líneas rectas, sobrias y limpias, ahora empiezan a abrirse camino las formas redondeadas. Líneas suaves y estilizadas, acogedoras y elegantes.
También predominan los lacados y las maderas oscuras, con un toque más industrial. La madera le da calidez a la cocina. Una de las más usadas es la de roble, aunque también se están usando otra menos comunes, más oscuras, como la tipo wengué. En ocasiones vienen acompañadas con metal, creando un contraste moderno con el estilo acogedor que tradicionalmente se asocia a la madera.
Otra tendencia es hacer cocinas más rusticas, naturales, tal y como eran las grandes cocinas de nuestras abuelas, llenas de detalles que dan un aire de otra época que invita a imaginar. Tonos claros y líneas suaves predominan en esta tendencia.
También de moda está el estilo vintage, que se caracteriza por la mezcla de materiales modernos con otros más clásicos o industriales, así como la mezcla de muebles retro con otros más modernos.
Barras americanas también están de moda. Y para aquellos que se puedan permitir grandes espacios, las cocinas de un solo frente están totamente ‘in’.