Lavar el calabacín y cortarlo a lo largo para poder hacer medias lunas.
Disponer la lámina de hojaldre, no retirar el papel de horno para evitar que se pegue a la mesa de trabajo, y cortarlo en tres.
Extender en la mitad de cada lámina de hojaldre una abundante capa de pesto verde y, por encima, los calabacines cortados finamente.
Rallar queso parmesano y terminar con un toque de tomillo, romero, sal y pimienta.
Doblar la mitad sin relleno sobre la capa con los calabacines y el pesto.
Espolvorear con sésamo tostado, cortar por la mitad y enrollar suavemente sin presionar mucho.
Batir un huevo y pintar los hojaldres para que tomen un bonito color dorado en el horno.
Hornear durante 20 minutos en un horno a 180 grados.
Servir con unas hojas de albahaca y sésamo.