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Huevos Benedict

Huevos Benedict

El plato estrella de los grandes desayunos

Los huevos benedict o huevos benedictinos son un clásico en las cartas de desayunos de los mejores hoteles del mundo. Esta receta consiste en un pan tostado, una loncha de bacon o panceta y huevos escalfados, napado con una cremosa salsa holandesa.

Su origen, como en casi todas las elaboraciones, es algo incierto. Una de las versiones más consolidadas es que la receta data de 1942, cuando el retirado broker de Wall Street, Lemuel Benedict, solicitó al mâitre del hotel Waldorf, Oscar Tschirky, unos huevos con el fin de poder saciar la resaca del día anterior. Tan exquisito fue el resultado que, finalmente, el afamado hotel lo incluyó en el menú de desayuno.

La salsa holandesa también goza de gran fama, ya que es una de las salsas más populares en el recetario internacional junto con la bearnesa, bechamel, mayonesa o española, entre otras.

La holandesa consiste en una emulsión de mantequilla, zumo de limón y yema de huevo. Aunque su nombre haga referencia a los Países Bajos, su origen es francés, como la mayoría de las salsas.

Date un capricho a la hora del desayuno y prepara este clásico para afrontar el día con muy buen pie.

Huevos Benedict

Ingredientes para 2 personas

Para la salsa holandesa

Elaboración

Para la salsa holandesa

  1. Calentar el agua en un cacito y, sobre él, colocar un recipiente amplio y hondo.
  2. Introducir la mantequilla y fundir al baño maría sin tocar. Según toma temperatura, se forma espuma en la superficie y en la base queda una capa residual.
  3. Limpiar la mantequilla fuera del fuego. Retirar la espuma con una cuchara y separar (reservar) la parte limpia de la mantequilla de los residuos de la base (desechar).
  4. Introducir el huevo, la sal, la pimienta negra molida y el zumo de limón en el vaso de una batidora de mano. Colocar el brazo de la batidora en su interior y poner en funcionamiento, sin mover de la base.
  5. Añadir la mantequilla clarificada y templada, dejando caer poco a poco y sin parar de batir.
  6. Mover el brazo de la batidora solo cuando la mantequilla emulsione para evitar que se corte.
  7. Mantener la salsa holandesa templada en un bol al baño maría.

Para los huevos y terminación

  1. Untar los panecillos con una fina capa de mantequilla y tostar en una parrilla por las dos caras. Reservar.
  2. Freír las lonchas de panceta hasta que estén doradas. Retirar y reservar.
  3. Calentar el agua con el vinagre en una cacerola. Apagar el fuego cuando empiece a hervir y añadir con mucho cuidado los huevos (sin cáscara).
  4. Tapar la cacerola y contar tres minutos.
  5. Retirar con una espumadera y enfriar en un recipiente con agua fría. Aprovechar para quitar las babas de clara que se hayan podido formar.
  6. Cortar el aguacate longitudinalmente, pelar una de las mitades y laminar.
  7. A la hora de montar el plato, colocar el pan en la base, cubrir con láminas de aguacate, la panceta y el huevo.
  8. Napar con la salsa holandesa y espolvorear con un poco de perejil fresco picado y pimienta negra.

‘Armonías en Sabores y Fragancias’. Por Juan Muñoz Ramos.

A nosotros nos gusta ofrecer a nuestros amigos todas o casi todas las novedades tanto de vinos como de bebidas que aparecen en el mercado y que demuestran una excelente combinación entre Agua-Vino-Plato, trilogía no siempre fácil porque muchas veces combinamos tintos con pescados y blancos con carnes. Nosotros nos regimos por el fascinante mundo de las fragancias y de los sabores, en perfecta combinación con la trilogía citada.

S.Pellegrino y Jean León Xarel-lo

Para muestra, la excelente combinación de estos huevos acompañados con nada o casi nada. Imagíneselos solo con un agua, S.Pellegrino, porque su intensidad y efervescente cremosidad ya cumplen para contrarrestar esta excelente receta de huevos.

Pero no sería del todo perfecta. Para conseguir la perfección, sumamos un vino novedad en el mercado que me parece excelente. Sí, un vino blanco Jean León Xarel-lo, cuerpo, fruta, acidez, equilibrio y personalidad, sinergias perfectas entre agua y vino que crearán un cojín impecable para equilibrar la untuosidad de este plato donde sabores muy marcados por la panceta, la salsa y los huevos necesitan de acidez, frescura y un punto de burbujas que facilitan la digestión.

Llegamos al final del plato y nos encontramos ágiles y perfectos gracias a una insuperable combinación.

Trucos

Y no te pierdas el Baumkuchen o Pastel de Árbol, aquí puedes encontrar la receta paso a paso.

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