Nueve hoteles competirán por el Mejor Desayuno de España 2026

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El establecimiento ganador se conocerá durante la celebración de Madrid Fusión a finales de enero

El desayuno español vive un momento de esplendor. Ya no es solo el ritual que inaugura el día, sino una declaración de identidad, territorio y ambición gastronómica. Buena prueba de ello es la tercera edición del premio al Mejor Desayuno de Hotel, convocado por Madrid Fusión Alimentos de España y Supracafé, que acaba de anunciar a sus nueve finalistas tras un año de visitas, auditorías silenciosas y degustaciones exhaustivas.

Los establecimientos seleccionados —repartidos en las categorías Hoteles Boutique y Gran Hotel— comparten una filosofía: hacer del primer bocado del día una experiencia memorable. El jurado, compuesto por especialistas en gastronomía y hostelería, emitirá su veredicto en votación secreta, y los ganadores se darán a conocer en Madrid Fusión Pastry, los días 26, 27 y 28 de enero de 2026. Se otorgará también una mención especial al hotel con la mejor apuesta por el café de calidad.

Categoría Hoteles Boutique: la intimidad como lujo gastronómico

En el segmento boutique destacan propuestas donde el desayuno se convierte en una extensión natural del paisaje, la memoria culinaria o el propio modo de vida de cada enclave.

Hotel Lera (Castroverde de Campos, Zamora)

Luis Alberto Lera y su equipo elevan el desayuno campesino de Tierra de Campos a una ceremonia rústica y profundamente emocional. Pan candeal del pueblo, lácteos de leche de oveja, mermeladas caseras y platos tan rotundos como huevos con torreznos o incluso sopas de ajo. Todo servido en una mesa comunal sobre una antigua bodega del siglo XIX.

Hotel Balarés (Ponteceso, A Coruña)

Un festín diario para apenas 16 huéspedes, diseñado por la cocinera Silvia Facal, que cada mañana elabora filloas, tortillas “a la Betanzos”, bizcochos y tartas caseras. Frutas recién cortadas, panes artesanos y zumo natural completan una oferta donde la cercanía del Atlántico se siente incluso desde el comedor.

Hotel Nafarrola (Bermeo, Vizcaya)

El caserío vasco convertido en hotel rural apostó desde el principio por una carta de desayunos hecha a medida. Gaizka Goikoetxea, formado con Hilario Arbelaitz, despliega un repertorio que es pura identidad vasca: huevos ecológicos de Busturia, embutidos Basatxerri, quesos de pequeños productores y platos como tortilla con bonito de Bermeo o tortitas con intxaursaltsa.

Categoría Gran Hotel: la excelencia en gran formato

En la división de Gran Hotel, la puesta en escena y el servicio alcanzan otra escala, sin renunciar a la calidad del producto ni a la coherencia del relato gastronómico.

CoolRooms Palacio de Atocha (Madrid)

Un oasis urbano donde el desayuno, servido bajo una carpa en un jardín interior, prescinde del bufé para apostar por un servicio totalmente personalizado. Bollería hojaldrada impecable, zumos detox, cafés de especialidad y una carta de platos calientes que incluye opciones saludables.

Hotel Huerto del Cura (Elche, Alicante)

Ubicado en pleno palmeral ilicitano, Patrimonio de la Humanidad, firma un desayuno asesorado por el pastelero Fran Segura. El menú degustación se despliega en tres pases que combinan productos locales —dátiles, algarrobas, embutidos artesanos— con elaboraciones emblemáticas como los huevos en cocotte o un sándwich mixto convertido en icono.

Sea Grill Puente Romano (Marbella, Málaga)

Aquí el Mediterráneo entra hasta la mesa. El bufé impresiona por su amplitud y por la presencia de un cortador de jamón ibérico que recibe a los clientes. Frutas exóticas, tartas, panes, ahumados, platos calientes preparados al momento y una oferta de crêpes y torrijas que funciona como irresistible tentación.

Castilla Termal Monasterio de Valbuena (San Bernardo, Valladolid)

En un monasterio cisterciense del s. XII, la solemnidad se traslada al desayuno. Jamón ibérico de altura, bollería de mantequilla con especial atención al croissant y huevos de gallinas negras castellanas de su propia granja. El respeto por los pequeños productores es aquí un principio innegociable.

La Residencia Belmond (Deià, Mallorca)

Cuatro bufés distribuidos entre antiguas casas de campo componen un desayuno elegante y vasto: zumo de naranjas de Sóller, embutidos mallorquines servidos al corte en una Berkel, mermeladas caseras de frutas de la isla y ensaimadas de gran formato que rivalizan con sus crêpes y tortitas.

Ushuaïa Ibiza Beach Hotel (Ibiza)

“El desayuno inesperado” es aquí una filosofía. En mitad del ambiente festivo que caracteriza al hotel, se despliega un banquete capaz de incluir una noria de chucherías, una fuente de chocolate, carnes rojas a la brasa, ostras al momento, rincones veganos y healthy, y una parada de Jamón 5J que marca el tono.

Una radiografía del nuevo desayuno hotelero español

El conjunto de finalistas dibuja una tendencia clara: producto local, artesanía, personalización y narrativa territorial. Desde lo rústico a lo hedonista, desde lo minimalista al exceso mediterráneo, los hoteles españoles han convertido el desayuno en un campo de innovación y autoestima gastronómica.

Habrá que esperar a finales de enero de 2026 para conocer qué hoteles se alzan con el título. Pero lo que ya es evidente es que España, país de bares y sobremesas, empieza a tomarse muy en serio la primera colación del día.

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