Slow Food, una corriente que aumenta cada día

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Proteger las tradiciones locales, los placeres gastronómicos y reducir el ritmo de vida acelerado son sus objetivos

Aunque se escucha hablar habitualmente de esta corriente, el Slow Food nació en Italia tras instalarse en la Plaza España, de Roma, una de las franquicias más grandes del mundo, Mcdonald’s.

Esta apertura revolucionó a los italianos que empezaron a movilizarse, ya que su cocina es sinónimo de platos típicos, hechos en casa o en la cocina de las abuelas de toda la vida. En este país se continúan preservando ideas conservadoras y más aún si se habla de gastronomía popular.

[pullquote]LANGOSTINOS VEGETARIANOS, SOSTENIBLES Y KOSHER[/pullquote]Fue el periodista Carlo Petrini quien decidió comenzar el movimiento en los años ochenta. En la Ciudad de Bra, situada en el Piamonte, al noroeste de Italia, fundó lo que hoy se conoce como Slow Food, el nombre por sí solo hace referencia a lo que combate, el Fast Food (comida rápida).

El manifiesto oficial e internacional del movimiento Slow Food se escribió en 1989 con objetivos simples: proteger las tradiciones locales, los placeres gastronómicos y reducir el ritmo de vida acelerado que en ese entonces se estaba instaurando en las ciudades.

“Buono, Pulito e Giusto”

Dentro de este movimiento, Petrini busca que lo que se genere, vende y consume sea así, “bueno, limpio y justo”. Precisamente se refiere a que el consumidor le pague lo justo al productor.

En la industria alimentaria es bien sabido que la producción de materias primas puede alcanzar niveles industriales que la hacen perder su valor nutricional por la manera en la que lo desarrollan y, además de eso, el producto se vuelve mucho más barato. La forma de hacer lo correcto para ambas partes productor-consumidor sería generar alimentos de mejor calidad, que se ofrezcan al mercado a un precio justo, logrando que el consumidor se sienta seguro de su compra.

En el año 2008, el periódico británico “The Guardian” nombró a Carlo Petrini una de una de las 50 personas que podrían salvar el planeta Tierra. En el año 2013, recibió el Champions of the Earth, el premio más importante que otorga la ONU y en mayo del 2016, fue nombrado Embajador Especial del programa Hambre Cero para Europa por la ONU.

Gracias a movimientos como este, a partir de los noventa, los productos orgánicos ocuparon un lugar muy importante, así como fama y tendencia. Tratando de seguir esta corriente gastronómica, los productos orgánicos cumplen con algunas características que el Slow Food proclama.

Hoy en día, la producción y comercialización de productos orgánicos está presente en más de 130 países. Además, se prevé que la tendencia de los ‘millennials’ a preferir productos orgánicos, naturales y tradicionales, originará un crecimiento en el consumo de estos productos de más del 15% entre 2017 y 2021.

Puedes leer más sobre el creciente interés de los jóvenes por sitios que ofrecen comidas tradicionales, pinchando aquí.

No dejes de leer todo sobre la CLARA DE HUEVO HIDROLIZADA, LA REVOLUCIÓN GASTRONÓMICA.

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