La zanahoria morada se cultiva en la ribera del río Genial, en Cuevas Bajas.
La zanahoria morada o zanahoria “morá” data de mucho tiempo atrás. En el siglo IV a.C ya aparecían reflejadas en los escritos árabes, pero no es hasta el siglo XIII, cuando los comerciantes árabes la introducen en la península ibérica.
Poco a poco se fue extendiendo, y se afianzó, en provincias como Mallorca, Murcia o Málaga. Años más tarde, a mediados del siglo XVII y XVIII, la casa real holandesa ordenó crear una zanahoria de color naranja, la que actualmente conocemos, siguiendo su paleta de color. Además, su consumo aumentó considerablemente a causa de su fácil conservación, su tamaño más pequeño a la vez que más comercial, y sus habilidades de venta, causaron un desplome en las cosechas de zanahoria morada, una variedad silvestre.
El pueblo malagueño de Cuevas Bajas, en la ribera del río Genil, afluente del río Guadalquivir, reúne todas las condiciones para el cultivo de este tubérculo que mide aproximadamente entre 30 y 60 centímetros, y puede llegar a pesar un kilogramo.
Tiene un aspecto morado en su exterior, seguido de un circulo amarillo, y un núcleo morado, como su piel, de ahí, que su consumo es ideal ya que aporta antioxidantes, vitamina A y C, fibra, potasio, fósforo, calcio, entre otras propiedades. El corazón de color morado es debido una buena madurez.
La recogida por parte de los horticultores es totalmente manual, a causa de su gran tamaño imposibilitando la incorporación de máquinas al proceso, y su estacionalidad es de octubre a enero. El mejor momento y el de mayor maduración, es el mes de diciembre.
Sus usos en la cocina son amplios: desde ensaladas, purés, guarniciones de pescados y carnes, hasta productos más innovadores como mermeladas, vinagre, escamas, aderezos, o chips de zanahoria morada.
Una hortaliza ancestral que goza de su propia fiesta, primer domingo de diciembre, en la tierra que la vio nacer, Cuevas Bajas.
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