Para disfrutar de todas sus propiedades hay que seguir unas pequeñas pautas
Seguramente muchas veces nos hayan surgido algunas dudas a la hora de servir una copa de vino. La causa del problema es que hay una extensa gama de variedades (espumosos, blancos, rosados, tintos, cavas, dulces…) pero dependiendo de la selección, será mejor tomarlo más o menos frío, en una copa flauta o Borgoña, o servir menos cantidad para evitar que pierda temperatura.
Para que no tengas problemas, destacamos cinco factores a tener en cuenta para disfrutar de un buen vino.
Temperatura del vino
Apreciar un vino en su máximo esplendor, depende en gran medida de la temperatura. Si enfriamos mucho un vino blanco no vamos a encontrar esos matices de fruta fresca o flores. Si eliges un rosado, un cava o un tinto crianza, ten en cuenta estas temperaturas:
- Cava, champagne y espumosos: 7 grados
- Vino blanco: 8 grados
- Vino blanco en barrica: 10 grados
- Vino tinto joven: 10 grados
- Vino tinto crianza: 12 grados
- Vino tinto reserva y gran reserva: 16 grados
*Las temperatura son aproximadas y dependerán mucho de donde se consuma el vino, ya que no es lo mismo en Londres que en Ibiza en pleno verano.
Descorche
Para abrir una botella de vino, debemos cortar la cápsula, limpiar suavemente para retirar todo el polvo y abrir con un sacacorchos habitual. Si son vinos más viejos, hay que prestar más atención, ya que el corcho puede romperse. Para ello hay sacacorchos de láminas que se introducen por los laterales evitando que se rompan.
Otro punto a tener en cuenta es la oxigenación del vino. Esto quiere decir que cuanto más tiempo en barrica haya pasado el vino, más tiempo debemos dejarlo destapado, sin corcho, para poder beber y saborear todos sus aromas. Para esto, descorcha la botella y déjala unos minutos. También puedes pasar el vino a una jarra decantadora para acortar el proceso.
Copas
Un punto muy importante son las copas. Si el contenido es bueno pero el continente el malo, el resultado será negativo. Presta mucha atención a la hora de comprar una buena copa: cristal fino, transparente y liso; tallo alto; abombada; y resistente.
Los vinos espumosos deben servirse en copas llamadas flautas, altas, delgadas, de fondo pequeño y cónicas así no pierde efervescencia y aroma.
El vino blanco y tinto pueden servirse en la misma copa, aunque si el vino es viejo, lo recomendable es una copa grande y ancha para que se abra en la copa.
Si estás pensando en alguna colección de copas, te recomendamos la gama Sequence de Chef & Sommelier, la colección utilizada en el restaurante tres estrellas Michelin, Aponiente.
Cantidad
Aquí esta muy claro. Los vinos espumosos, blancos y rosados deberán servirse poco a poco para que no se calienten en la copa. Mientras que en tintos se puede servir algo más de líquido, ya que la temperatura es mayor.
Conservación
Una vez servido el vino, procederemos a conservarlo a la temperatura de servicio antes mencionada. Por ello, hazte con una cubitera para enfriarlos con agua y hielo o también, con una funda enfriadora.
Y si queda vino, hay unas bombas de vacío para retirarle el aire y así conservar todas sus cualidades. Aunque sí es cierto que está opción no suele ser habitual debido a que el vino se termina.
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