Podemos hablar de Tokay o Tokaji, la región que lleva su nombre, y más concretamente del Tokay Aszú, puesto que existen otros tipos, pero nos centramos en el dulce, en uno de los vinos más dulces del mundo, el vino que por excelencia y según se cuenta fue el primero en usar uvas con “Podredumbre Noble” allá por el año 1560 e indiscutiblemente el más conocido junto con el Sauternes en Francia, hablar de Tokay es hablar de tradición, de no tener prisa e ir haciendo las cosas despacio, muy despacio, para vendimiar por etapas, para separar las uvas, para fermentaciones lentísimas, un conjunto de detalles que hace que tenerlo en una copa es indiscutiblemente de quitarse el sombrero, un vino que es capricho de la naturaleza, puesto que no se produce todos los años.
El Tokay es en verdad un vino mítico, salvo el Champagne, no hay vino en el mundo, que tenga tantas historias, leyendas y anécdotas. Es el vino por el cual, el Zar Pedro el Grande de Rusia mandó a las legiones de cosacos que vigilaran las bodegas de Tokaj y los caminos por los que se transportaba este vino hasta San Petersburgo para que fuera servido a la mesa de Catalina la Grande.
La bodega
La bodega que hablamos hoy es Oremus ¿Os suena? Y si decimos que es la bodega que forma parte de Vega Sicilia, ya no hay más que decir, seriedad, tradición, calidad, compromiso,…. En 1993 la familia Álvarez funda la bodega Oremus, y al frente uno de los maestros de la enología, András Bacsó.
El Vino
El vino de esta bodega que hablamos hoy es el Tokay Aszú 5 Puttonyos, pero ..¿qué son los puttonyos? Su significado en la lengua local es cesta, y se trata de que cada cesta de 25 kg de uva botrificada que se añade a un vino de 136 litros y puede ser de tres, cuatro, cinco, o seis puttonyos, o el mítico eszencia que es de solo uva con botritis y por gravedad (un caramelo), para este vino serían 125 kg de uva con botritis para mezclar con 136 litros de vinos base.
Naturalmente, no todos los años se dan las condiciones climáticas necesarias para la aparición de la podredumbre noble. Como un elixir preciado, los vinos aszú son bienes escasos, unas rarezas que no están aseguradas ni en todas las vendimias, ni en generosas cantidades. Algo que fortalece, aún más si cabe, su carácter de vino único el vino esta vez es el del año 2000, y nos preguntamos cómo vamos a acompañar un vino con tanto potencial, pues vamos a buscar un maridaje de dulces en los que la crema pastelera esté presente, pequeños pastelitos de miel, si le buscamos un acompañamiento clásico tendremos el micuit de foie y si queremos el maridaje de contrastes encontraremos la máxima expresión en Queso de Cabrales, Gorgonzola , para fusionar lo salado y picante con lao ácido y dulce , una maravilla.
El vino Aszú sólo puede ser elaborado en años de cosechas excelentes, cuando la naturaleza provee las condiciones climáticas favorables para el desarrollo, en las mejores condiciones, de la podredumbre noble.
Contracata
Para analizar y disfrutar este vino vamos a empezar por ese color oro brillante y una densidad que se queda en la copa como si estuviésemos catando a cámara lenta y pensamos que disfrutar o catar este vino tiene que seguir la misma pauta de su elaboración … sin prisas, una vez disfrutamos de la caída de sus lágrimas, de oro líquido lo pasamos a la fase olfativa en la que notamos aromas que nos van desde los hidrocarburos, mas presentes según su vejez, hasta la miel, con notas muy agradables de naranjas en confitura, para después pasar a la boca y entender porqué los vinos dulces de Botritis son los más longevos del mundo, no es de extrañar disfrutar de estos vinos de más de un siglo, y es que el secreto del tokay es la acidez, que es notable, pero en perfecto equilibrio con la dulzura, nos va a dar una sensación en boca refrescante con entrada potente, sedosa y muy limpia, con recuerdos a miel y a dulce de membrillo y un retrogusto muy muy muy largo, este es el auténtico placer del Tokay, su persistencia, un vino indiscutible para los grandes gourmets, indispensable tomarlo con tranquilidad.
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