El escritor acaba de publicar “Reinas de Copas”, un homenaje a las grandes féminas de la enología
El mundo del vino está cambiando y el oficio también. Popularmente asociado al hombre, el trabajo desempeñado por las mujeres en el mundo del vino no es nada nuevo. Antiguamente eran ellas las que se encargaban de cuidar las viñas con el fin de poder brindar y compartir junto a familiares y amigos una buena copa.
Zoltan Nagy, nacido en la Transilvania rumana y residente en España desde 2010, reivindica en su primer libro llamado “Reina de Copas. Las grandes mujeres del vino”, de una manera directa y sin trampantojos, el papel de la mujer alrededor del vino. Nagy ha escogido con criterio personal cincuenta mujeres, “reinas” como él las llama, del sector del vino acercándole al lector su biografía más cercana. Cada una de ellas ha sugerido el vino que le representa, alcanzando las cincuenta propuestas.
Orígenes de los más sorprendentes, trayectorias intachables y heroicidad por los cuatro costados forman parte de la vida de estas mujeres que desarrollan un trabajo excelente pero que lamentablemente sigue estando en la sombra. Según Nagy hay más de 3.000 mujeres dedicadas a todo lo que engloba este sector.
Seguramente, este primer libro sea el inicio de una aventura digna de ser descubierta y conocida por todos los amantes del vino.
Manu Balanzino: Es su primer libro dedicado al mundo de la enología, ¿cree que ya era hora de hablar del papel de las mujeres en el vino
Pues si. Yo creo que el mundo del vino hace ya tiempo que está conducido por mujeres, aunque sigue siendo un mundo de hombres y machista. Gracias a Dios esto está cambiando. Mi libro es un agradecimiento a estas 50 bellas damas, que podrían haber sido muchas más, pero desafortunadamente no pueden estar todas. Veremos cómo solucionar también este tema. El papel de la mujer en este mundo es para mí fundamental. Antiguamente quienes trabajaban la viña y cuidaban la uva eran ellas. Gracias a estas luchadoras, hoy en día mucha gente tiene y conoce el vino, porque ellas se han encargado de esto.
Zoltan Nagy: ¿Se puede hablar de una reivindicación para dar a conocer el trabajo de las enólogas?
Si no se habla de ello, espero que con este pequeño detalle de mi parte se empiece a hacer. Cuando yo llegué a España hace siete años ya había muchas reinas trabajando en el mundo del vino y lo que le rodea, restaurantes, hoteles, distribuidoras…
En resumen, ¿qué puede encontrar el lector a lo largo de este libro?
50 historias bonitas sobre 50 ‘viñólogas’. Descubrirán vinos que marcaran algún momento de sus vidas, ya que hay oferta para todos los paladares. Hay anécdotas mías con ellas, también pequeños resúmenes de sus vidas, cómo entraron o empezaron en este mundo. Hay historias donde el amor por el vino les viene de familia, la mayoría sabían desde pequeñas que querían dedicarse al vino. También hay historias sorprendentes de algunas de mis reinas, quienes han dejado sus mejores puestos de trabajo para volver al origen y disfrutar de la tierra y de todo lo que nos ofrece.
Seguramente a lo largo de los meses previos a la redacción del libro conoció a muchas bodegueras. Si contabilizamos a las mujeres en el sector, ¿de qué cifras estamos hablando?
Conocí a muchas, no sabría de qué cifra hablarte, pero seguramente más de 3.000 mujeres que trabajan y no sólo de cara al público, es decir, que no sólo elaboran vinos. Hay muchas mujeres que complementan la otra parte de muchos enólogos y les hacen ser quienes son hoy en día. El papel de ellas es fundamental en este mundo. Sin ellas, seguramente muchas zonas y vinos no se conocerían. Además, hay quienes trabajan en logística, también en comunicación o exportación. Mujeres muy valientes que suman y aportan frescor a este mundo, aparte de ser grandes embajadoras.
¿Qué le ha sorprendido a la hora de ponerse manos a la obra?
Quizás lo que más me llamó la atención es lo mal que se llevan las mujeres entre ellas y la envidia que se tienen. Siempre digo que el vino une y la política separa, pero todavía hay muchas de ellas que no entienden que tienen que tener el poder de aceptarse y no hemos de juzgarlas. Si hay respeto, ¡viva la diversidad!
Una cosa que me gustó mucho y todas lo han repetido es que son una piña en bodega. Ellas son una pequeña parte de esto. Alrededor de un vino hay muchos más factores y un gran equipo que hace que todo sea posible para crear y elaborar los mejores vinos.
Recomiéndenos cinco propuestas para disfrutar entre amigos…
Sabes que esto es un poco como pedirle a una madre que te diga cuál es su hijo preferido. Es casi imposible porque hay vinos únicos y magníficos para cada momento en el libro. Pero decirte que me emocionan los vinos de Bodegas Menade de la zona de Castilla por su valentía a la hora de elaborar; los vinos de Sara Pérez me chiflan porque la conozco a ella y la veo reflejada en ellos; recomiendo descubrir los vinos de Julia Casado (La del Terreno) y los vinos de Can n´Estruc por los que atreven a beber unos vinos ancestrales que elabora Anna Martí. Pero ya te digo, mataría por beber los vinos de las 50 elaboradoras. Sin lugar a dudas el gusto sería infinito.
¿Qué zonas vinícolas le sorprenden más?
Ribeiro me encanta como zona y por el gran futuro que tiene además de la gran calidad de sus vinos. También sabéis mi amor por los vinos de Catalunya. Entre sus 11 DO, la que más me llama hoy en día la atención es Penedés, ya que por fin se ha demostrado que hace grandes vinos y no sólo cava. Por la diversidad de sus suelos y de climas veo mucho futuro en la zona del Empordà. Los vinos de Tramontana a parte de erizar la piel, también lo hacen con el alma. He descubierto vinos que los llevaré siempre en el recuerdo. Otra de las zonas de España que me pirran es Ribeira Sacra, además de por la belleza del paisaje, muero de amor por su gente y sus vinos, por lo que han luchado para sacar adelante la viticultura heroica que viven día tras día. Sin duda, unos superhéroes.
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