Marbella, la perla del Mediterráneo

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Marbella en otoño tiene sus encantos, sólo hay que buscarlos y disfrutarlos. Pasado ya el «movimiento veraniego», la ciudad costasoleña presenta rincones y propuestas de gran belleza e interés cultural, turístico y gastronómico.

Puerto Banús, en la "Milla de Oro" de Marbella Fotografía · www.andaluciafotos.com

[Manu Balanzino] Algo nublado, probabilidad de lluvia, ligero viento y un poco de frío, así pinta la mañana de hoy. Sin duda, muchos se quedarían en casa, pero yo me resisto y cojo el abrigo y el paraguas para poner rumbo a una ciudad que la gran mayoría ya conoce o ha oído de ella.

Estoy en la Alameda, me encuentro en pleno centro de Marbella, dispuesto a relatarte, en estas intensas letras, una breve pincelada de la gastronomía, sin olvidarme de la historia.

Empiezo por el Casco Antiguo donde sus orígenes podrían remontarse a los primeros siglos de la dominación romana. Pequeñas calles y balcones floreados que conservan la gracia de los pueblos andaluces. Aquí se encuentra la Plaza de los Naranjos, que en los primeros años de la conquista se convierte en plaza mayor por la construcción de la Casa Consistorial y anteriormente la plaza del mercado.

Alrededor de esta plaza se disponen tres edificios notables: la Casa Consistorial, erigida por los Reyes Católicos; la casa del Corregidor, de fachada gótico-mudéjar y renacentista; y la Ermita de Santiago, el templo religioso más antiguo de la ciudad.

Callejeando, empezamos a sentir un aroma que me lleva hasta la Churrería Ramón, unos churros crujientes, esponjosos y sin gota de aceite dan pie y energía para seguir caminando. Una parada obligada para ir abriendo buen sabor de boca.

Cogemos el coche y recorremos tranquilamente la «Milla de Oro», a escasos kilómetros de Puerto Banús, donde se encuentran numerosas mansiones de lujo.

El pequeño y acogedor Restaurante Skina se sitúa en el Casco Antiguo de Marbella

El pequeño y encantador Restaurante Skina

De vuelta al centro, voy de camino al Restaurante Skina, me han hablado de él y qué mejor que ir a degustar su cocina.

Guiño andaluz, que consiste en un huevo con sabayón e higaditos de pichón al amontillado, ¡exquisito!, Ensalada mediterránea, jurel, pomelo y brotes frescos, Txipirones con huevo de campo y migas, son algunas de las primeras elaboraciones que nos sugieren los chefs Hideaki Yoshioka y Jaume Puigdengolas.

La cocina del Skina, original y creativa, con raíces andaluzas

Este pequeño restaurante nació en el 2005, de la mano del sumiller y jefe de sala Marcos Granda.

Una cocina mediterránea basada en productos de suma calidad, con toques de vanguardia, modernidad y creatividad, realizando una exquisita mezcla de contrastes, rescatando todos los sabores de la cocina tradicional andaluza.

Ya terminando un lenguado con alcachofas y tomates; y como colofón la paletilla de chivo lechal malagueño. Es la hora del dulce y nos dan a degustar unas patatas dulces de higos y membrillo.

Lomo de lubina ahumado con risotto de anguila y bayas de gochi

Y ahora que se huele a castaña en todas las esquinas, en el «Skina» la editan de la siguiente manera, Castaña, chocolate y Baileys, unas castañas en almíbar, un trocito de browny de chocolate, y un merengue de esta bebida basada en crema de leche y whisky irlandés.

Empieza a oscurecer, ahora algo más temprano, y me despido de Marbella, la perla del Mediterráneo, hasta dentro de poco tiempo, muy poco tiempo,…

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