La materia prima del restaurante procede de Ávila, cuna de su propietario, con una filosofía arraigada al We Farm!
Es una de las recientes aperturas en Marbella. Tras instalarse en Madrid, donde ya lleva cuatro años, Roostiq conquista la Costa del Sol con un local de 1.000 metros cuadrados en plena Milla de Oro y capacidad para 400 personas.
Sus cuatro espacios están bien diferenciados: frente a la cocina, a lo largo de la barra, la terraza exterior y el reservado, en la primera planta. Todos ellos permiten al comensal disfrutar de una elegante velada en armonía con una cocina basada en las brasas junto a una excelente selección de vinos. Sus cavas reúnen más de 500 referencias del mundo y, entre ellos, pequeños productores. Su propietario, Zoilo Álvarez, transmite una filosofía arraigada al We Farm!, “nosotros cultivamos”, el lema de la casa.
La materia prima de Roostiq procede de las huertas de Ávila, ciudad donde nació Álvarez. Allí se cultivan las frutas y verduras y se crían los pollos y cerdos que pastan en libertad y “hacen la montanera”. Estas producciones dan paso al tomate número 38, llamado así porque se cultivaron varios tipos hasta dar con el mejor, las acelgas, los puerros o el pollo Roostiq, que va acompañado de una salsa de los mismos tomates.
Los cerdos ibéricos se emplean para elaborar embutidos como el guanciale, que cubren de pimienta y cortan en finas láminas para disponerlo sobre una de las pizzas más demandas, la pizza de guanciale y cebolleta fresca. Hay otras, la pizza de Portobello, con cebolla caramelizada y pecorino trufado, o la Roostiq de jamón de bellota, burrata y trufa de verano.
Además de estos platos, no pueden faltar los torreznos. Irresistibles. Hay más, las cigalitas con tomates cherrys y albahaca, las almejas a la llama o la picaña con patatas fritas y pimientos del piquillo.
No se olviden. Dejen sitio para el postre. La tarta de queso, receta de la hermana de Álvarez, o el helado de pistachos son imperdibles.
En la mesa…
Para empezar, el must de Roostiq, los torreznos crispy al horno de leña. Crujiente y jugosos, delicados e irrepetibles junto a una copa de champagne. En este caso, Ulysse Collin, un Blanc de Noirs, elaborado con la uva Pinot Nero. Torreznos y champagne, el maridaje que propone la casa.
El tomate número 38 es otro plato que no puede faltar a la hora de empezar la velada. Le siguen las cigalitas, las almejas y las acelgas a la llama.
La pizza de guanciale se termina con unas hojas de salvia. La masa, fermentada en frío durante 72 horas, está bajo la atenta mirada de Álvarez. “Comenzamos haciendo torreznos y pizzas en la finca de Ávila”, señala el propietario. Desde esta ubicación, su centro de investigación, salen todos los platos de la carta de ambos restaurantes.
El pollo Roostiq es un pollo de campo ecológico a la brasa. Su piel, crujiente, y su salsa, elaborada con los tomates número 38 más maduros, ponen en duda si decidirse por el pollo o por la salsa. Ambos son un gran acierto.
Para terminar, la picaña de ternera a la brasa. Sencilla y perfecta de punto. Junto a unas patatas, fritas, eso sí, en aceite de oliva virgen extra, y unos pimientos del piquillo al horno de leña.
En el postre, tres propuestas. Hay alguna más en la carta. La tarta de queso, cremosa en su interior y que se sirve con nata montada y amaretto. Le acompaña una tarta templada de manzana servida con crema inglesa y helado, y el helado de pistacho.
Una cocina que prima el buen producto y donde no se encuentran salsas que deslumbren, porque lo que realmente importa es la calidad de la materia prima.
Más información
Roostiq Marbella
- Dirección: Urbanización Villa Parra Palomeras 61. 29602, Marbella, Málaga.
- Teléfono: 952 14 60 75
- Cierre: Ningún día. Almuerzo y Cena. Horario: 13:00 a 02:00 hrs.
- Web: www.roostiq.com
- Servicio de aparcacoches gratuito
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