La tecnología se alía con las bebidas para crear y comercializar productos bebibles con fórmulas a medida
Es una cuestión candente el futuro de la gastronomía, qué alimentos se descubrirán en unos años, qué platos comeremos o, por ejemplo, de qué forma evolucionarán las bebidas. Eso sí, el agua seguirá siendo la bebida más consumida y popular por la razón obvia de que nuestro cuerpo esta compuesto entre un 55 por ciento y un 78 por ciento de ella.
De lo actual seguramente ya estén al corriente pero ¿qué pasará en un futuro? La tecnología se alía con las bebidas para crear y comercializar en poco tiempo productos bebibles inteligentes con fórmulas diseñadas a medida para cubrir la hidratación del día a día.
¿Cómo estará presente la tecnología? A través de una botella inteligente con microchip que conectará con una aplicación móvil para calcular el nivel de sudoración de cada persona con un pequeño parche en el brazo.
Un tapón inteligente será el encargado de indicar cuándo beber y una luz led aconsejará el ritmo y parpadeará cuando la ingesta del líquido sea necesaria.
El contenido de la botella serán hasta 15 diferentes fórmulas; unas con más sodio, potasio, carbohidratos y otros nutrientes que dependiendo de cada persona, y que podrán comprarse en lugares habituales. El objetivo es una perfecta hidratación y un rendimiento óptimo de nuestro cuerpo.
Este proyecto que verá la luz a mediados de este año en una primer versión de botella inteligente está siendo desarrollado por la marca Gatorade nacida en el año 1965 como bebida isotónica para deportistas pero vulgarmente utilizada para cuando nos sentimos un poco bajos de defensas o con síntomas de cansancio.
Una revolución para la industria de las bebidas elaboradas a partir de ingredientes naturales y que posiblemente irrumpirá en las bebidas catalogadas como «premium» aunque su finalidad sea más nutricional que gastronómica.
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