Muchas veces nos planteamos nuestra formación en primer lugar pero otras veces, incluso muchas, decidimos el combate.
Llámese combate, al campo de batalla, o para que mejor nos entendamos, nuestro trabajo. Para muchos, el restaurante, el bar, la cocina del hotel,…. Es donde pasamos la mayor parte del tiempo y del día. Sin duda, es ahí donde haces tu vida.
Ya sabéis, que la hostelería es muy sacrificada, el horario, los días,… Incluso las fiestas más importantes es cuando hay que estar para facturar, clave importante en nuestro establecimiento de hostelería.
Pero volvamos al inicio. La formación es indispensable para conocer con detalle las técnicas, habilidades, conocimientos culinarios o de sala, fondos, salsas,…. Pero sin duda, el combate o el día a día es donde más se aprende.
En las escuelas te forman, eso está claro, pero al salir, en muchos casos, no conoces la verdadera realidad de la cocina o de la sala. Nos habrá pasado a todos, por lo menos a mí. Tras pasar por la escuela y hacer mis prácticas, me llamaron para volver a donde yo había estudiado, un orgullo para mí, pero al regresar dudaba de muchos platos que los había preparado adelante del chef.
Esto quiere decir que en varios casos, no prestamos la atención suficiente en esos momentos donde cada minuto, incluso cada segundo, los tips son importantísimos.
Vamos a invocar ya a nuestros alumnos que aprovechen el tiempo y que se dejen de alta cocina cuando la base de esta, es fundamental.
Todo a su debido tiempo y lugar…..
Pero aquí no se termina la cosa, para ser un profesional preparado y cualificado para cualquier puesto, hay que formarse día a día. Cualquier hueco, por mínimo que sea, si te gusta la profesión aprovéchalo.
Nuestro país en este momento no nos permite conseguir el puesto que deseamos o pensamos que estamos preparados para ello. Pero si lo tienes tú claro, no te rindas, seguro que lo conseguirás cuando menos te lo esperas.
Sigue formándote, preparando cosas nuevas, pintando platos, dibujando tu cocina del futuro, investigando proyectos, y lo que es fundamental, encuentra tu proyección de futuro.
Los cocineros nos quedamos mucho tiempo en la cocina, nos encanta y apasiona, pero también tenemos que conocer el exterior. Aunque digas no te sirve, seguro que te servirá por lo menos para darle tu interpretación.
El idioma, imprescindible. Tus clientes les encanta ver quien prepara esos platos y si además puedes explicárselos con detalle, regresarán a tu restaurante, más de una vez.
Los tiempos cambian, algunas veces para mejor y otras para peor pero plantea tu meta y consigue tu objetivo… Ser un buen cocinero, sumiller o profesional de la sala.
Créeme, hay pocos pero bien preparados, así que es hora de coger el lápiz y seguir formándonos cada día.
Yo sigo, ahora mismo en el avión rumbo a Los Ángeles, mi hermano me espera con mucha literatura para volver con las pilas cargadas y un idioma indispensable, el inglés.
Los sacrificios valen la pena y siempre se ven recompensados.
Sirva esto, para todos mis compañeros y amigos, que aunque la cosa esta dura, no perdamos la esperanza.
¡Ánimo!
Un abrazo sincero.
Espero vuestros comentarios y opiniones.
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