Disfruta de este cítrico de mil y una maneras
Los cítricos son una perdición. Limones, limas, naranjas, pomelos o mandarinas llenan de sabores exóticos los platos a la vez que aportan un colorido de lo más apetitoso, a modo de arco iris. Las mandarinas son mucho más versátiles de lo que crees y desde noviembre hasta junio están en su máximo esplendor.
Atraído por su sabor, fue el inglés Abraham Hume quién importó de Cantón (China) varias variedades de mandarina a Europa haciéndola popular como fruta de mesa y más tarde como ingrediente en elaboraciones saladas y dulces.
La variedad más conocida es la Clementina extendida a lo largo del Mar Mediterráneo y de sabor dulce, aromática y jugosa. Su nombre es de lo más curioso, deriva del nombre del cura Pierre Clément debido a que esta fruta fue descubierta en los jardines de su residencia de Argelia.
A la hora de su compra, ten en cuenta varios factores: que la mandarina pese, síntoma de que contendrá mucho jugo, que no esté arrugada y que desprenda un fragante aroma cítrico. Cuanto más dulce e intenso sea, más madura estará la fruta.
Prepara huevos, harina, chocolate blanco… y abre una refrescante agua con gas S.Pellegrino junto a una copa de cava. ¡Que empiece el festín!
Cómo hacer un Bizcocho de Mandarinas

Ingredientes
Para el bizcocho
- 230 g de mantequilla
- 425 g de azúcar moreno
- 300 ml de zumo de mandarina
- 410 g de harina de repostería
- 15 g de levadura en polvo
- 5 claras de huevo
- 3 mandarinas en gajos
- Ralladura de mandarina
Para el ganache
- 100 ml de zumo de mandarina
- 2 hojas de gelatina (3 g)
- 300 g de chocolate blanco
- Ralladura de 1/2 mandarina
Para el chocolate crujiente
- 1 tableta de chocolate blanco (180 g)
- Mandarinas deshidratadas
- Ralladura de mandarina
Elaboración
Para el bizcocho
- Sacar la mantequilla previamente de la nevera para que adquiera una consistencia tipo pomada.
- En una batidora eléctrica, añadimos la mantequilla junto con el azúcar moreno hasta conseguir una crema suave.
- Incorporar poco a poco el zumo de mandarina junto con la ralladura.
- Mezclar e introducir la harina y la levadura a la masa hasta que quede el conjunto perfectamente homogéneo. Reservar.
- Montar las claras de los huevos a punto de nieve con una pizca de sal. Incorporarlas a la masa anterior y, utilizando una lengua, mezclar a mano con movimientos envolventes para evitar que se bajen las claras.
- Engrasar con mantequilla y harina los dos moldes redondos de 24 cm de diámetro y repartir la mezcla en ambos.
- Cubrir los bizcochos con los gajos de mandarina.
- Precalentar el horno a 180 grados y hornear durante 40 minutos. Para comprobar si están cocidos, pincha con un palillo el interior del bizcocho y si sale limpio es que está cocido.
Para el ganache
- Hidratar las hojas de gelatina en agua fría durante 15 minutos.
- Poner el chocolate troceado en un cazo junto con la ralladura y calentarlo al baño maría hasta que esté fundido.
- Calentar el zumo de mandarina en el microondas, disolver las hojas de gelatina previamente escurridas, y verterlo sobre el chocolate.
- Remover bien y dejar enfriar en la nevera hasta que adquiera consistencia.
Para el chocolate crujiente
- Trocear el chocolate blanco y fundirlo al baño maría.
- Volcar el chocolate blanco sobre un papel de horno, extender con una espátula hasta conseguir un mismo grosor y colocar sobre el chocolate las rodajas deshidratadas de mandarina.
- Por último, espolvorear con la ralladura de mandarina.
Acabado y presentación
Desmoldar los dos bizcochos de mandarina y sobre uno de ellos, disponer parte del ganache de mandarina y chocolate. Colocar encima el otro bizcocho y cubrir ligeramente con ganache el lateral de ambos. Decorar con el chocolate crujiente.
‘Armonías en Sabores y Fragancias’. Por Juan Muñoz Ramos.
No existe mejor matrimonio o armonía gastronómica que una burbuja fresca y cremosa para acompañar un plato dulce. Y si ya le añadimos un vino dulce con crianza, poco más se puede pedir. Pero en este caso, y como excepción, es un vino también con burbujas cuya unión los convierte en unos amigos inseparables.

La larga crianza de esta Cava Gran Reserva de Malvasía y el agua con gas S.Pellegrino hacen que este bizcocho con chocolate parezca un postre veraniego en vez de invernal, ya que por una parte tenemos la acidez y por otra el dulzor. Texturas y sabores que se mantienen con elegancia gracias a la unión de estas dos burbujas, sápidas y amables.
Y no te pierdas la Tarta Vertical de Chocolate negro, aquí puedes encontrar la receta paso a paso.
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