Un encuentro único para conocer, con todos los sentidos, la autenticidad de Toro, la personalidad de sus vinos y la mirada humana que Camino Pardo imprime en cada botella
Hay bodegas que nacen para embotellar vino. Y hay bodegas que nacen para embotellar historias. Frontaura & Victoria, enclavada en la histórica D.O. Toro, es de estas últimas. Su alma no está solo en sus viñedos centenarios o en sus modernas instalaciones; está en la mirada visionaria de Camino Pardo, su directora y enóloga, que ha sabido construir un relato en el que la tierra, la arquitectura, la hospitalidad y la emoción se entrelazan como un gran vino en copa.
Un viaje sensorial en The Library
Hace unos días, tuvimos el privilegio de vivir esa historia en The Library, uno de los espacios más reservados y reverenciados para el vino en Madrid. Allí, rodeados de copas relucientes y un servicio de sala impecable, Camino nos llevó de la mano por un viaje sensorial donde cada sorbo era una postal de Toro.

De un rosado etéreo a un tinto manifiesto
El itinerario comenzó con su Frontaura & Victoria Rosé 2024, un rosado elegante, casi etéreo, que maridó con cecina de Wagyu y el siempre delicado matrimonio de anchoa y boquerón. Después, la frescura del Blanco Verdejo 2022 puso en la mesa la versatilidad de sus blancos: una crema de chirivía con centolla y un salpicón de marisco fueron el contrapunto perfecto para su acidez precisa.
Pero si algo define a Frontaura & Victoria es su carácter firme, estructurado y honesto, reflejado en el Tinto Crianza, que se acompañó de setas silvestres guisadas, huevo poché y un toque de jamón ibérico, abrazando la tradición con la sofisticación justa.
El clímax llegó con Aponte 2018, un vino de guarda que es casi un manifiesto de la bodega: potencia, sutileza y un final largo, como la memoria de sus tierras. Su pareja de baile: una hamburguesa de guiso de rabo de toro con puré de patata a la mantequilla, un bocado que reconcilia la rusticidad con la alta cocina.
El vino como relato compartido
Detrás de cada copa se intuía la filosofía de Camino: vinos que cuentan quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde podemos ir si trabajamos con respeto a la tierra y pasión por el detalle. No se trata solo de producir botellas, sino de cultivar vínculos, momentos, recuerdos.
Aquella comida en The Library fue mucho más que un maridaje de lujo: fue un encuentro pensado para quienes tenemos la responsabilidad de contar historias y transmitir la esencia de un proyecto como Frontaura & Victoria.
«En Frontaura & Victoria, cada copa es un relato. Cada vino, un legado». Y cada mesa compartida, la confirmación de que el vino se disfruta más cuando se entiende, se respeta y se comparte.
Receta paso a paso: TARTALETAS DE FRUTOS ROJOS
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