Los requisitos están más relacionados con elementos de construcción que de servicios
Hoy en día, planificar un viaje suele implicar la consulta de reseñas o rankings. Plataformas como Tripadvisor o Google Reviews nos permiten saber más o menos lo que nos podemos encontrar a la hora de elegir un restaurante, una experiencia o un alojamiento. Pero uno de los sistemas de clasificación más tradicionales a la hora de viajar es el de las estrellas de hoteles.
Nos solemos fijar mucho en las estrellas de un establecimiento hostelero cuando buscamos un alojamiento en un viaje, quizá porque nos parece un sistema directo y claro. Sin embargo, la clasificación de los hoteles no es un método tan fiable como pensamos.
En primer lugar, los elementos que se evalúan a la hora de clasificar un hotel no siempre son los que más nos afectan como huéspedes. Aunque nos puede importar más los servicios que ofrece un establecimiento, el sistema de estrellas en España se basa en elementos de construcción, como el tamaño de las habitaciones o si tiene ascensor, entre otras consideraciones.
Por ejemplo, un hotel de 4 estrellas tiene que disponer de ‘suites’ junior y al menos el 50% de sus habitaciones tiene que contar con un baño completo, mientras un hotel de 5 estrellas tiene que ofrecer unparking cubierto para sus huéspedes, los baños de las habitaciones deberán disponer de un teléfono y al menos un 5% de las habitaciones tiene que ser ‘suite’.
Por eso, a veces nos encontramos en un sitio con muchas más estrellas de las que nos parece que merece o al revés. Este sistema de calificación se creó en 1968 y dependía del Ministerio de Información y Turismo con el fin de establecer requisitos para determinar si un lugar se consideraba un hotel, un hostal, una fonda o un apartamento. Estos mismos parámetros de calificación hoy en día nos pueden parecer anticuados e incluso tal vez nos dejan engañar en alguna ocasión.
Otro aspecto que complica más este modelo es el hecho de que no exista un sistema nacional de clasificación hotelera. Esto quiere decir que cada comunidad tiene sus propios requisitos y normas a la hora de calificar los establecimientos hosteleros.
Entonces es posible, y de hecho muy probable, que un hotel de 4 estrellas en, por ejemplo, Barcelona, y otro en Córdoba tengan características y niveles de calidad muy distintos. Aunque este método tal vez servía en el pasado, los tiempos han cambiado, y hoy en día tendría mucho más sentido implementar un sistema más común a nivel nacional y basado en los servicios de los establecimientos en vez del que existe ahora.
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