La gastronomía andaluza brilla de la mano del cocinero que revolucionó la alta cocina
El chef Dani García consiguió situar a la provincia de Málaga en el mapa gastronómico nacional cuando en el año 2000 obtuvo su primera estrella Michelin en el restaurante Tragabuches, en Ronda. Ahora, su local de nombre homónimo ubicado en Marbella se ha hecho con dos galardones galos, llevando la cocina andaluza a lo más alto del panorama culinario.
Su pasión por las ollas y sartenes comenzó cuando de niño elaboraba con su abuela y su madre el clásico bizcocho de yogur o unas esponjosas magdalenas. Sin embargo, fue su padre quien le transmitió el amor por la cocina. Aunque no se dedicaba a la hostelería era, en palabras del chef, “un grandísimo cocinero. Él nos preparaba desde espetos hasta paellas, gachas, migas…”.
Defensor de la gastronomía más local, García se siente “orgulloso de que todo el mundo conozca las sopas frías, como el gazpachuelo o el ajoblanco”, aunque también revolucionó la alta cocina con la implementación del nitrógeno líquido a platos tan icónicos como el ‘tomate nitro’.
El chef está imparable y su cabeza, en plena efervescencia. El concepto de BiBo, abierto desde 2014, ha desembarcado también en la capital de España y su apuesta por los sabores más puros y marineros se hace notar en Lobito de Mar, en la Milla de Oro marbellí. A estos se le suma Dani García Restaurante con una cocina cosmopolita de raíces andaluzas y el Atelier, su centro de investigación a la máxima vanguardia para crear conceptos innovadores.
Conversamos con él sobre sus primeros días en los fogones, su evolución y sus proyectos de cara al futuro.
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