El chef catalán apuesta por una cocina atrevida que desprenda emoción y magia
Caracterizado por su creatividad en constante evolución, Oriol Castro es “uno de los mejores chefs del mundo”, así lo expresó el revolucionario Ferran Adrià. Los suspensos en “algunas asignaturas” y su pasión por los fogones y el mar, le llevaron a matricularse en la escuela de hostelería en el año 90.
Tras cinco años de aprendizaje, el cocinero catalán ganó un curso de tres días en El Bulli, ubicado en la cala Montjoi, en Roses, en el que aprendió numerosas técnicas y conceptos que le hicieron consolidar su pasión por el ámbito culinario.
Oriol Castro regresó en diferentes ocasiones al mejor restaurante del mundo para realizar su periodo de stagier, pasando por las partidas de pastelería, cocina y por último, creatividad junto a los hermanos Ferran y Albert Adrià. Tras las prácticas, continuó trabajando en este mítico establecimiento, que marcó un antes y un después en la gastronomía española, hasta su cierre en julio de 2011.
La creatividad en El Bulli era desenfrenada y si hay algo que Castro tiene claro es que “la cocina creativa debe ser buena, cualquier plato tiene que emocionarte al comértelo” y remarca que “lo más simple puede ser lo más emocionante, lo más mágico”.
En la actualidad, Oriol Castro lidera junto a Mateu Casañas y Eduard Xatruch, antiguos ‘exbullianos’, las cocinas de Disfrutar (Barcelona), recientemente galardonado con dos estrellas Michelin, y de Compartir (Cadaqués). En el primer establecimiento, se apuesta por una cocina atrevida, divertida y moderna en busca del gusto, mientras que en el segundo, tal y como indica su nombre, la filosofía es presentar platos para compartir a modo de “pica-pica”.
Castro habla con The Gourmet Journal sobre sus inicios en el mundo de la cocina, su paso por El Bulli, sus restaurantes y su futuro de aquí a 20 años.
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