Con motivo de la celebración de su 200 aniversario, la Maison Perrier-Jouet en Epernay acogió a algunos de los principales gurús del champagne a nivel mundial en una exclusiva cata vertical de su prestigioso cuvee Belle Epoque en el mejor formato de celebración: el Jeroboam
La botella de tres litros ofrece, según el chef de caves Hervé Deschamps, “una experiencia excepcional, ligeramente diferente de la que ofrecen las botellas habituales ya que la presión es inferior”, permitiendo una mejor evolución y desarrollo de los aromas y sabores ocultos del vino
Tras la cata histórica de Perrier-Jouët 1825 Vintage, el champán más antiguo del mundo, en 2009, Hervé Deschamps decidió dedicarse a explorar las bodegas y dar a conocer una nueva dimensión de la Maison. Su entusiasta labor se traduce ahora en una cata excepcional de 9 jeroboams inéditos cuya antiguedad se remonta al año 1975, fecha en la que Perrier-Jouët introdujo el champán millesimé en este formato de lujo. El chef de caves de esta casa bicentenaria explica que “el jeroboam es tradicionalmente el símbolo de celebración por excelencia en la región de Champagne por lo que pensamos que nuestro 200 aniversario es la ocasión perfecta para explorar la evolución de estas maravillosas cosechas en gran formato”. Y añade: Los jeroboams ofrecen una experiencia excepcional, ligeramente diferente de la que ofrecen las botellas habituales, ya que la presión más baja, conjuntamente con la crianza más larga sobre lías, producen un vino más intenso y más aromático”.
Después de brindar por el bicentenario de Perrier-Jouët con una copa del legendario 1911 añejado en magnum, los invitados pudieron catar jeroboams de Belle Epoque 1998, 1996, 1995, 1990, 1989, 1985, 1982, 1978 y 1975. Fiel al característico estilo de Perrier-Jouët, el ensamblaje de estas cuvées contiene un 50% de Chardonnay procedente de Grands Crus, como Cramant y Avize, un 45% de Mailly, Verzy, Verzenay y un 5% de Pinot Meunier de Dizy.
La periodista británica Serena Sutcliffe, de MW Magazine, declaró que la cata fue “como estar en el paraíso. Adoro los vinos maduros y algunos de ellos en formato jeroboam todavía tienen un excelente futuro por delante”. El crítico francés Michel Bettane, por su parte, comentó que “lo interesante de los jeroboams es que el vino es mucho mejor, puesto que los sentidos están menos dominados por el gas carbónico. Se percibe mejor la vinosidad y el equilibrio” y sentencia “fue un placer descubrir el vino en sí”.
Los millesimés 1985 y 1975 fueron especialmente aclamados: el jeroboam Belle Epoque 1985 fue calificado por uno de los expertos como “simplemente sensacional, con un gran futuro” y el año 1975 descrito como «la máxima expresión y logro de Belle Epoque; suave, armonioso y con una dulzura increíble”.
Los invitados asistieron además a una exclusiva cena de gala maridada con champagne y diseñada por el prestigioso chef Jean-Louis Nomicos, conjuntamente con Michel Dubois, chef de la Maison. Sobre el mantel, recrearon el menú ofrecido en 1911 con motivo del centenario de Perrier-Jouët que incluyó de las joyas más recientes de la casa. Entre ellas, el excepcional Belle Epoque 1988 en magnum, una cuvée grande garde, que fue presentado en París el pasado mes de marzo como el primer champagne del mundo “en herencia”.
Todos los champagnes catados son la creación de André Baveret y Hervé Deschamps, el sexto y séptimo jefes de bodega en los doscientos años de historia de Perrier-Jouët. Sus creaciones reflejan un equilibrio perfecto de los diferentes millesimés y de sus caracteres individuales, todo bajo el estilo inconfundible de Perrier-Jouët, homenaje a la experiencia acumulada durante dos siglos.