Colombia ha puesto en marcha medidas de bioseguridad para acabar con el R4T
El plátano está en posible peligro de desaparecer a causa de un potente hongo llamado R4T, del que se conocen varias razas. La raza 1 se encontró en Colombia y fue la causante de la epidemia que extinguió el banano “Gros Michel” entre 1890 y 1960, lo que obligó a reemplazarlos por una variedad más resistente: Cavendish.
Cuando se creyó que el problema estaba resuelto, en 1967 apareció en Taiwán la raza 4 tropical (R4T), considerada más agresiva. El hongo tiene un amplio alcance, es decir, hasta cierto punto supone una amenaza para casi la mitad las variedades de plátano y banano en el mundo.
El banano, la banana, plátano o cambur, ocupa el segundo lugar entre las frutas preferidas de la población, después de las manzanas. Además es considerada “la fruta de los atletas”, gracias a sus azúcares, vitaminas, minerales y su fácil digestión.
Latinoamérica depende de los plátanos no solo como fuente de alimento, sino como un gran recurso económico. La región alberga a cuatro de los cinco mayores productores, siendo Ecuador el mayor exportador a nivel mundial. La proliferación del R4T en Sudamérica y Centroamérica podría provocar dificultades económicas generalizadas.
El hongo no se había manifestado en Colombia hasta el pasado 8 de agosto, cuando el gobierno declaró emergencia nacional por un brote letal conocido como Fusarium oxysporum Raza tropical 4 (TR4) o también llamado “Mal de Panamá”.
El verdadero conflicto radica en que el banano Cavendish es una variedad genéticamente idéntica, lo que facilita su producción a lo largo de 130 países, pero en caso de una enfermedad letal, también existe el riesgo de sufrir una total desaparición.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) había advertido en 2014 del riesgo mundial de contagio del R4T. Pero Colombia parece no haber tomado las medidas necesarias.
Las plantas afectadas por el hongo no sobreviven, pues no se conoce alguna variedad tolerante a la ‘Raza 4’. Para entender el alcance del problema, basta con compararlo con la filoxera (plaga que en 1866 arrasó con más del 80% de viñedos) o la viruela (virus que acabó con un tercio de la población indígena de América).
El inicio del ataque comienza por las raíces, dañando sus canales de hidratación, impidiéndole la absorción de agua y nutrientes, trayendo como consecuencia la muerte de la misma. Cuando sus hojas se ponen amarillas, es que se aproxima la fase de la muerte la próxima fase es la muerte.
El hongo continúa desarrollándose por toda la planta afectada y por las raíces vecinas, atacando así al resto del cultivo.
Mientras todo esto ocurre, el hongo forma estructuras de reproducción que son resistentes a condiciones adversas del ambiente y mediante las cuales puede garantizar su supervivencia en el suelo durante treinta años.
Formas de contagio
- Plantas infectadas.
- A través del de agua que puede arrastrar el hongo de un sitio a otro.
- Mediante el hongo adherido al calzado de personas, ropa, herramientas, maquinaria o vehículos.
El Instituto Colombiano de Agricultura (ICA) anunció medidas de bioseguridad, tras erradicar las plantas en las 170 hectáreas de tierras de cultivo afectadas. Asimismo, los ministros de Agricultura de toda América Latina se reunieron en Quito, capital de Ecuador, para prevenir nuevos brotes. Pero lo cierto es que una vez detectado el hongo, ya es demasiado tarde.
Un grupo de científicos australianos afirma haber creado resistencias contra del R4T, gracias a la inyección de un gen de una variedad silvestre.
También se podría sustituir el banano Cavendish por alguna otra variedad resistente al R4T, con el temor de un nuevo sabor que enfrentaría a los compradores.
El mal del plátano muestra los límites del monocultivo. Probablemente, para los siguientes meses se apreciará un aumento de precio y escasez de bananos.
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