Beber agua cruda sin tratar causa furor en EE.UU. a pesar de ser una moda cara y peligrosa
Si hace un tiempo asociábamos la palabra raw –crudo en español–, a la alimentación, ahora esa denominación se abre hueco en el mundo de las aguas, una tendencia al alza que está causando furor en Estados Unidos pero que, en algunos casos, es dudosa para la salud.
La raw water, agua cruda o agua viva, hace referencia al agua de manantial sin esterilizar que no ha sido tratada, filtrada o procesada de ninguna manera. Su precio alcanza los 35 dólares, unos 30 euros, por 2.5 galones, unos 10 litros, y se puede comprar envasada en grandes botellas de vidrio. Debido al aumento de consumo en las últimas semanas, el precio ha ascendido a los 60 dólares, unos 55 euros.
Los defensores de este tipo de agua argumentan que es mejor que el agua de grifo ya que no contiene flúor y cloro. Además, al no filtrarse, conserva todos los minerales que en el caso de las aguas comerciales son añadidas durante el proceso, incluso llegan a estar tratadas con gas ozono. Estos procesos hacen que el agua pierda todas sus bacterias saludables o, como los fabricantes prefieren llamarle, los probióticos.
“Los probióticos son microorganismos beneficiosos para la salud, que son exclusivos del agua que no ha sido esterilizada e imprescindibles para una salud física y mental óptima”, explican en la web de Live Water, dedicada a la venta de raw water.
El rechazo por parte de la ciudadanía al agua de la red pública y el movimiento por un agua de calidad ha propulsado a la compañía Zero Mass Water de Arizona a instalar sistemas en casas particulares que permiten recolectar directamente el agua procedente del rocío matutino y de la lluvia. Incluso existen otros sistemas que extraen la humedad del aire y lo filtran llegando a producir más de 10 litros de agua al día.
Tratamientos más populares debido a su fácil implementación en casa, como es el caso de la osmosis inversa, son detestados por el fundador de Live Water, Mukhande Singh debido, tal y como podemos leer en su web, a que este sistema da como resultado “agua muerta”. En su cuenta de Instagram contestan a algunas preguntan sobre el raw water, agua que extraen de Opal Springs en Madras, Oregón:
¿Por qué refrigeramos el agua de manantial desde el momento en que entra en el vaso hasta que se entrega?
Dado que nuestro agua no se esteriliza como todas las otras compañías de agua de manantial, los microbios probióticos que se encuentran naturalmente en nuestra agua se volverían verdes en condiciones de almacenamiento caliente.
¿Cómo hay que almacenarla?
Almacene su #livewater en un espacio oscuro y fresco y disfrútelo dentro de un ciclo lunar para obtener una frescura increíble.
Estás son algunas de las respuestas que la compañía refleja en su web. Otras empresas como Liquid Edem, una tienda afincada en San Diego, tiene en su oferta agua libre de flúor, cloro y alcalina electrolítica por 2,50 dólares por galón.
Cierto es que el agua del grifo es tratada para eliminar todo tipo de agentes contaminantes y hacerla apta para el consumo. Hay pocos argumentos que indiquen que un agua sin tratar, que proceda directamente de una fuente natural, pueda ser consumible ya que, en muchos casos, puede haber sufrido una contaminación externa.
Verdades y contradicciones se dan entre expertos sanitarios y productores del agua cruda o raw water. Lo cierto es que en este mundo global los hábitos cambian y son los consumidores los que tienen que decidir qué consumir, cómo y dónde hacerlo.
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