La bodega riojana Viña Pomal da un giro al pasado uniendo dos clásicos, vino y barbería.
Y si las tendencias apuntaban a que el mundo de la gastronomía daba un giro en busca de la cuchara y de los guisos cocinados a fuego lento y sin prisa, el mundo del vino también busca impresionar con sabores tradicionales, elegantes y clásicos. Incluso conceptos como las barberías regresan para quedarse porque posiblemente lo pasado sea tendencia en un futuro más próximo.
Ya lo remarcaba Viña Pomal con su exitosa campaña “Llámame clásico”, donde su cartel con un joven modelo, de aspecto barbudo y lleno de tatuajes, daban fe de que las marcas más tradicionales también quieren llegar al púbico actual, y por que no, a los jóvenes.
[pullquote]Los vinos de Viña Pomal nacen en el año 1904[/pullquote]Su nueva apuesta, Bar-bería, una tradicional barbería -la primera barbería del mundo, Truefitt & Hill, fue fundada en 1805 en Londres- donde por un día se ha vestido de fiesta para maridar vinos con belleza masculina. Un pop-up itinerante donde se pudo catar las referencias más destacadas provenientes de La Rioja en Haro, de Bodegas Bilbaínas.
Sus vinos…
Aunque la bodega posee una amplia gama de vinos procedentes de la Denominación de Origen Calificada Rioja, Viña Pomal cuenta con cinco referencias principales además de sus ediciones especiales, un espumoso, un blanco, un rosado y dos tintos
Catamos algunos de ellos:
Viña Pomal Blanco
Variedad: Viura y Malvasía
Añada: 2015
Observaciones: el porcentaje de la variedad Malvasía aporta un toque aromático al vino que tras su fermentación en barrica pasa cuatro meses sobre sus lías aportándole estructura y cuerpo al vino.
Su maridaje es amplio, desde ensaladas a pescados graso como el salmón o la sardina.
Viña Pomal Rosado
Variedad: Garnacha tinta y Viura
Añada: 2015
Observaciones: catalogado como un vino de trago largo debido a que incita a seguir bebiendo. En boca, toque de fruta unidas a notas de flores blancas.
Viña Pomal Reserva
Variedad: Garnacha
Añada: 2012
Observaciones: tras pasar 18 meses en barricas de roble americano y 24 meses en botella, el vino se presenta sedoso en boca, aromas herbáceas y madera perfectamente ensamblada. Larga vida a este vino que su paso en botella lo hará indiscutiblemente mejor.
Vinos con registros clásicos, procesos bien logrados donde el paso del tiempo aporta un claro adjetivo: calidad y buen hacer. ¡Salud!
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