Procedente de Canarias, su popularidad se ha disparado gracias a la apuesta de las grandes cadenas de supermercados
Llegó a las Islas Canarias en 1982 y desde entonces, el plátano rojo no ha dejado de cultivarse. Sin embargo, es poco usual verlo en la península debido a que su producción es muy limitada. Actualmente, grandes cadenas de supermercados están apostando por este tipo de plátano y de ahí que su popularidad se haya disparado.
Este fruto es de un tono púrpura rojizo muy particular, su cáscara es algo más gruesa y es un poco más pequeño que el plátano Cavendish, el tradicional plátano de Canarias que suma más de 18 millones de plataneras para su producción y que cuenta con Indicación Geográfica Protegida. El interior tiene tonalidades que van del color crema a un rosado claro, la textura no varía mucho de lo ya conocido, pero su sabor es ligeramente más dulce y notas a frutos rojos, especialmente a frambuesas.
Su periodo de cultivo es más largo que el de otras variedades, pero es más resistente a las enfermedades o a fuertes vientos. Entre el 2019 y 2020, la sociedad agrícola La Fast, afincada en Tenerife, produjo 25.000 kilos de plátano rojo y prevé aumentar su cultivo en 2021 hasta los 33.000.
Originarios de Asia, los plátanos rojos se producen en territorio francés, Emiratos Árabes Unidos y Sri Lanka, entre otros. En América Latina se conoce bajo diversos nombres: plátano rojo, plátano morado, colorado, tafetán, plátano macho rojo o banana roja. Algunas preparaciones populares en dicho territorio son los batidos con leche o leche vegetal y canela; diferentes tipos de bizcochos; o fritos en finas láminas acompañados de arroz blanco. Incluso podemos encontrarlo frito en mitades con diversos siropes y leche condensada.
El plátano rojo es rico en vitamina C, potasio, betacaroteno y antioxidantes, por lo que se recomienda para prevenir resfriados. Además, estimula el sistema digestivo y favorece el estado de ánimo.
Su contenido de agua es menor por lo que se puede conservar durante más tiempo en un lugar seco y fresco a una temperatura no menor a los 10°C, ya que es entonces cuando sus características organolépticas cambian.
Debido a la reducida producción, el precio de este plátano llega a ser dos o tres veces mayor que el de otras variedades, oscilando a razón de tres y cuatro euros por kilogramo.
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