La popularidad de sus distintas variedades va en aumento por sus múltiples beneficios
Cuando pensamos en cuidar nuestro cuerpo, uno de los temas más relevantes es la alimentación. Bien lo dice el dicho: “Eres lo que comes”. Por ello, debemos asegurarnos de que nuestros alimentos nutran nuestro organismo y no solamente nos satisfagan. Una manera de fortalecer nuestra dieta es mediante la ingesta de superalimentos como la quinoa, el salsifí, la leche de camella o el polvo de hongos.
La popularidad de este último va en aumento y, como su nombre indica, se trata de hongos que han sido deshidratados y molidos. Las variedades más populares en occidente son: Reishi (Ganoderma lucidum), hongo botón (Agaricus bisporous) y la seta ostra (Pleurotus ostreatus). En China y Japón se utilizan muchas otras variedades entre las que encontramos el hongo chaga (Inonotus obliquus), la melena de león (Hericium erinaceus) y el cordyceps (Ophiocordyceps sinensis).
Podemos adquirirlo como polvo o harina y las posibilidades son ilimitadas. Desde enriquecer panes, pastas o hasta preparar unas galletas. Incluso podemos hacer sopas y costras para carnes dotando a estas preparaciones del delicioso umami.
Más allá de estas elaboraciones, el café de hongos va ganando terreno debido a sus notas terrosas y herbales que complementan de una manera muy sutil al café. Del mismo modo, el polvo de hongos se ha agregado al chocolate en polvo (también para preparar bebidas) y a proteínas para batidos y smoothies.
Los superalimentos se denominan así por sus beneficios, ya que son ricos en antioxidantes, grasas saludables o micronutrientes (vitaminas y minerales). El polvo de hongos no es la excepción. Específicamente, el elaborado a partir de hongo reishi se asocia a la longevidad, la vitalidad y al buen funcionamiento del sistema inmunológico.
Se le atribuyen propiedades cardioprotectoras e antiinflamatorias debido a su contenido de antioxidantes. También ha sido aliado en el tratamiento de gastritis, hepatitis, bronquitis crónica. Tiene efectos hipoglucémicos, lo cual lo hace idóneo para diabéticos. Finalmente, se ha recomendado para pacientes que padecen de ciertos tipos de cáncer: leucemia, linfoma, mieloma múltiple, hepatoma, de mama, de próstata y de vejiga.
Nunca debemos perder de vista el hecho de que un alimento por sí mismo no es un remedio milagroso. Una dieta equilibrada es fundamental y la actividad física debe formar parte de nuestra rutina para mantenernos saludables.
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