La variedad de grano, el tipo de agua y los aromáticos a agregar son factores a tener en cuenta
Preparar arroz blanco puede resultar sencillo, pero también requiere de su técnica si deseamos que nos quede perfecto. Su elaboración depende de factores como el tipo de arroz, el tipo de agua y los aromáticos que decidamos agregar. Sin embargo, a continuación, presentamos diferentes trucos para lograr que nuestro arroz quede delicioso.
Partimos de la premisa de que podemos hacer el arroz blanco suelto o compacto. Los ingredientes son los mismos: una taza de arroz de grano redondo, dos tazas y media de agua, sal al gusto y dos cucharadas de aceite (oliva, girasol).
Para un arroz compacto:
- Calentar el aceite, verter el arroz encima y sofreír durante un minuto, aproximadamente, a temperatura media.
- Agregar el agua y dejar a fuego alto durante cuatro minutos hasta que haya borbotones. Añadir la sal y bajar el fuego medio unos 12 minutos. Durante este tiempo, debemos colocar la tapa en el recipiente.
- Al evaporarse la mayor parte del agua, bajar la temperatura al mínimo tres minutos, incluso podemos apagar el fuego.
- Dejar reposar tapado o con un trapo de algodón durante unos 5 minutos. Es importante este paso para que el arroz termine de absorber la humedad restante. No remover.
Para un arroz suelto:
- Lo primero es enjuagar el arroz para retirar el almidón en el exterior del grano.
- En esta ocasión, será necesario añadir todos los ingredientes juntos y dejar hervir durante cuatro minutos.
- Cuando ya no veamos que se forman burbujas en la superficie del arroz, bajar el fuego a medio-bajo y colocar la tapa al recipiente. Así debe permanecer durante un periodo de 14 a 16 minutos.
- Apagar el fuego y dejar reposar un par de minutos, ya sea con la tapa puesta o con un trapo de algodón encima.
Como mencionamos anteriormente, dependerá del tipo de arroz que escojamos. Algunos tipos de arroz pueden requerir de una mayor o menor cantidad de agua.
Hay que tener en cuenta otros aspectos, como escoger una buena cacerola y que sea de un tamaño adecuado. Para aportar más sabor al arroz, podemos pochar un diente de ajo y una cebolla antes de añadir el grano. Una alternativa rápida es triturar la cebolla y un diente de ajo y añadir al mismo.
Para una versión más fresca, añade unas hojas de menta o hierbabuena al agua. Otra opción es sustituir el agua por caldo de ternera, pollo o verduras.
Este arroz puede conservarse durante un día en la nevera y una de sus grandes ventajas es que podemos utilizarlo en una amplia variedad de elaboraciones o guarniciones.
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