Vinagre de Trufa Blanca, un perfecto condimento

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El vinagre balsámico es uno de los productos con mayor seña de identidad italiana

La trufa blanca, considerada la más selecta del mundo, es una de las joyas de la gastronomía. Su recolección empieza en septiembre y se prolonga hasta finales de diciembre, tras las primeras bajadas de temperatura. Pero, ¿qué sucede si unimos un toque de trufa blanca y vinagre balsámico de Módena? El resultado: vinagre de trufa blanca. ¿Propuestas culinarias? Un sin fin.

El aceto balsámico, también conocido como vinagre de Módena o vinagre balsámico, es un vinagre típico de Italia, en concreto de Emilia Romaña, región donde se ubica la ciudad de Módena. El cuidado del producto y su continua mejoría durante el paso de los años se hacen notar en su calidad. 

Tanto es así que han nacido elaboraciones tan especiales como el Vinagre de Trufa Blanca lanzado al mercado por Laumont, compañía líder en España en la venta y distribución de trufas y setas. Ahora, y gracias a este producto, aderezar una ensalada es sinónimo de aceto balsámico, un toque único que eleva el sabor.

A diferencia de otros vinagres, el vinagre balsámico se obtiene a partir de mostos blancos y tintos, producidos a través de las uvas características de la zona, como la Trebbiano, Malbec, Uniblanc o Barbera. Según la historia, el origen se remonta a la época medieval, cuando un escrito de 1046 reflejaba como se elaboraba un aceto perfettissimo.

Sus notas de diferenciación radican, sobre todo, en el proceso de elaboración, dando como resultado un vinagre balsámico único que, dependiendo la zona de elaboración, cuenta con Denominación de Origen Protegida (DOP) e Indicación Geográfica Protegida (IGP). Respecto a otros vinagres, la maduración o envejecimiento se realiza en toneles de madera de roble, cerezo o castaño, entre otros, llegando a superar los 40 años en estas botas.

Vinagre de Trufa blanca, usos culinarios

Sin embargo, y aunque solemos utilizar el vinagre balsámico para ensaladas, existen muchas y muy deliciosas sugerencias. Empezando por recetas dulces, donde añadir un toque de vinagre balsámico aporta un sabor inconfundible a helados o postres a base de cremas o natas. Incluso puedes probarlo en unas fresas naturales directamente.

En cuanto a elaboraciones saladas, el recetario italiano posee muchas posibilidades. Una de ellas serían los filetes de ternera con salsa balsámica. En esta receta se les añade nata y un “chorreón” de este vinagre balsámico. Gracias a ese aporte, se consigue ese toque dulce y, en este caso, de trufa blanca, que engalanan el plato. Y si elaboras una salsa de tomate casera, no dudes en añadirle también este vinagre. El dulzor rompe la acidez del tomate natural, dando como resultado una salsa para chuparse los dedos.

Otra sugerencia es la de marinar diferentes carnes, previas a su cocción, con el vinagre balsámico. Añade la carne en un bol, aporta un “chorreón” de aceite, también puedes utilizar el aceite de trufa negra, hierbas, aromáticos, sal y vinagre de trufa blanca. A continuación, reserva en la nevera durante unas horas y… ¡Listo! No podrás resistirte.

El vinagre balsámico es un producto único con un gran acento italiano, al igual que las trufas blancas, joyas gastronómicas para los más gourmets que aportan un sin fin de posibilidades culinarias.

Puedes comprarlo en la tienda Laumont.shoppinchando aquí.

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