Los productores podrán aumentar los niveles de azúcar hasta los 6 gramos por litro
Las preferencias de los clientes inevitablemente cambian con el tiempo. Por ello, a mediados del 2019, el consorcio regulador del vino Chianti aprobó la modificación al nivel máximo de azúcar en este vino, elaborado a partir de una mezcla de uvas en donde predomina la variedad tinta Sangiovese.
El Consorcio del Vino Chianti fue establecido en 1927 por un grupo de viticultores de las provincias de Florencia, Siena, Arezzo y Pistoia. El 9 de agosto de 1967, el área de producción se modificó añadiendo a la provincia de Pisa. Y fue el 2 de julio de 1984 cuando el vino Chianti obtuvo el reconocimiento como DOCG (Denominazione di Origine Controllata e Garantita).
[pullquote]DATOS CURIOSOS SOBRE EL CHAMPAGNE[/pullquote]En agosto de 2019, los productores de Chianti debían mantener sus niveles de azúcar en un límite máximo de 4 gramos por litro, pero ahora podrán añadir 2 gramos de azúcar por litro en relación a la acidez total, que varía de un vino a otro. Este cambió se anunció cuando Italia confirmó su posición como el país productor de vino número uno del mundo por delante de Francia y España.
Aún así, el vino Chianti no dejará de ser un vino seco, pero el aumento del nivel de azúcar sí que lo hará ligeramente menos astringente en boca. Para los productores, este aumento es una decisión que, según afirman, les permitirá llegar a más jóvenes, a mujeres, al mercado chino y al continente americano.
Chianti, hasta ahora la más grande de las Denominaciones de Origen Garantizadas de la Toscana (Italia), tiene un registro de más de 3.000 bodegas, cuya producción asciende a los 800.000 hectolitros de vino producido por más de 15.500 hectáreas de viñedos. Las variedades son: Sangiovese, Canaiolo, Colorino, Cabernet Sauvignon e incluso Merlot. Las uvas blancas alguna vez fueron permitidas, pero actualmente solo se elabora a partir de dichas variedades tintas.
Los vinos de Chianti, al igual que una hermosa piedra preciosa rubí, son audaces, vivos y llamativos. Con el paso de los años, comienzan a presentar destellos naturalmente y ribete de tonalidad teja. Sus notas aromáticas incluyen habitualmente frutos rojos maduros, vinagre balsámico, humo y cuero. Mientras en boca se distinguen por ser vinos frescos con una peculiar presencia de taninos, que generan una ligera sensación áspera en boca.
Para maridar un Chianti, se puede optar por jugosos cortes de carne asados, salchichas curadas, quesos maduros o platos tradicionales italianos con salsa de tomate como spaghettis, albóndigas y lasaña de verduras.
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