Cala Gracioneta, el chiringuito gastronómico de Ibiza

Bajo la sombra de los pinos y el ruido del mar, Cala Gracioneta propone una cocina basada en las brasas

Ubicado en San Antonio, el chiringuito Cala Gracioneta es uno de los locales gastronómicos pertenecientes al grupo Mambo, formando parte de un exclusivo equipo con propuestas diferentes, entre los que se encuentran Casa Maca, La Cava, Villa Mercedes o el Hostal La Torre. En este espacio, a pie de la cala que recibe el mismo nombre, el chiringuito se viste de gala cada día bajo la sombra de los pinos, con vistas al mar y a los islotes de poniente.

Cala Gracioneta, el buque insignia del grupo familiar ibicenco, propone “una cocina mediterránea donde las brasas son el hilo conductor, con una mirada al Mediterráneo y Asia”, matiza el chef ejecutivo Nacho Bettinsoli. Por otro lado, la sala está regentada por Mateo Latorre.

Bajo la atenta mirada de la isla de Sa Conillera, que preside en el horizonte de este enclave mágico, destacan entrantes como la sobrasada de cerdo negro con queso y miel de la isla; las croquetas melosas de sepia; el pollo payés crocante, marinado con ají amarillo, ajo y jengibre o el salmón con bimis y yogurt de cardamomo.

Sin embargo, uno de sus gastro imprescindibles son los pescados y las carnes a la parrilla. Sin olvidarnos de los arroces, tanto de mar como de verduras, que se cocinan de forma tradicional y se terminan al grill.

Y para acabar, mientras el sol se esconde, y la puesta se convierte en un auténtico marco idílico, la mesa se viste de dulces pecados. En ella encontraremos recetas como el cremoso de chocolate con piel de naranja confitada y pistachos crocantes; un irresistible banoffe; el cheesecake con sorbete de frambuesa y crumble de parmesano, o la piña a la brasa con helado de coco. Una delicada selección con la que es imposible no caer en la tentación.

Abierto todos los días, el chiringuito Cala Gracioneta abre cada temporada desde marzo a noviembre.

En el mantel… Cala Gracioneta Ibiza

Al llegar a Cala Gracioneta, una pequeña bajada te lleva hasta la recepción del chiringuito. A partir de ese momento, el mar de fondo impera en todas las vistas. Para empezar, nos pedimos algunos cócteles que elaboran en una barra ubicada en la zona principal.

Para abrir el apetito, nos sugieren un salmón curado casero con emulsión de mango y pepino; croquetas de la casa, y berenjenas a la brasa con emulsión de ají amarillo, pepino y mostaza.

Reivindicando el territorio, ofrecen una sobrasada de cerdo negro (porc negre), pasada por las brasas, con queso manchego fundido, miel de la isla y romero fresco.

Antes del pescado, en este caso una lubina a la brasa con aove y romero, degustamos unos puerros confitados con emulsión de anchoas y cítricos. Al llegar la lubina, el servicio de sala se encarga de trincharla frente al cliente.

Para terminar, el vacío de Nebraska, una de las carnes más demandadas. Muy sabrosa, debido a la grasa infiltrada y la alimentación a base de grano. A destacar el buen dominio de las brasas por parte del maestro asador. Lo acompañamos con unos espárragos con emulsión de piquillos y vainilla, y aguacate a la brasa.

Y para los más golosos, no dejen de pedir el postre de chocolate o el cremoso de mascarpone con amarenas y sus crujientes. Aunque el banoffee, otro clásico de la pastelería, merece la pena probarlo.

En definitiva, Cala Gracioneta, en Ibiza, además del fantástico emplazamiento a orillas del Mediterráneo, ofrece una cocina de buenos productos, algunos allegados de la zona, con una buena ejecución y un servicio de sala atento en todo momento y, sobre todo, amable y simpático.

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