El origen secreto de la Coca Cola, en un pueblo de España

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El misterio de la fórmula de la Coca Cola se funde con otro misterio, el de su origen.

La compañía estadounidense compró la patente a la valenciana en 1953.

En su 125 aniversario la génesis de la bebida señala a un farmaceútico estadounidense como su inventor. Lo que no cuenta la historia es que seis años antes en Aielo de Malferit, un pequeño pueblo valenciano, en España, inventaron un jarabe con un sospechoso parecido, la Nuez de Cola Coca. La multinacional iría hasta allí a comprarles la patente.

La bebida, que todavía se produce, tenía además un sabor parecido (aunque más concentrado), el mismo color y la misma base: nuez de Kola y hojas de coca de Perú. En un principio se llamaba Anís Celestial y se etiquetaba como jarabe de la Fábrica de Licores de Aielo.

En 1880 tres amigos del pueblo, Bautista Aparici, Ricardo Sanz y Enrique Ortiz, crearían una innovadora destilería que surtiría a la Casa Real y que les valdría numerosas medallas de oro y distinciones internacionales por la originalidad de sus licores: perfecto amor, placer de damas, lágrimas de contribuyente o leche de vieja, un ponche dulzón con toques de canela y limón.

Viajes a Estados Unidos

Entre otros muchos concursos, participaron en la Exposición Universal de París de 1889, cuando se inauguró la Torre Eiffel, y en un certamen de bebidas en Filadelfia en 1885, un año antes del nacimiento oficial de la Coca Cola.

«Aparici viajaba mucho a Estados Unidos para abrir mercado. En esa época una plaga acabó con nuestras viñas y él trajo una vid más resistente que todavía utilizamos, la americana. A cambio iba dejando botellas de Nuez de Cola Coca», comenta Juan Juan Micó, actual propietario de la fábrica.

Desde 1880, la empresa de Aielo de Malferit produce licores y otras bebidas. Imagen cortesía de la oficina de turismo de Aielo de Malferit.

Hasta ahí el vínculo entre Aielo y América se diluye. Un año después, en 1886, un farmacéutico de Atlanta, John Pemberton, buscaba crear un brebaje medicinal con una mezcla de hojas de coca y semillas de cola.

Al comienzo le llamaría Wine Coca (vino de coca), antes de que su contador le propusiera llamarle Coca Cola y de que se convirtiera en un fenómeno mundial.

A los habitantes de Aielo de Malferit no les convence esa historia, de hecho, dan por sentado el origen valenciano de la bebida. El pueblo, señalan con orgullo, es la cuna de dos acontecimientos milagrosos: el refresco más popular del mundo y la voz más prodigiosa: Nino Bravo. Ambos cuentan con su propio museo.

La compra de la patente

«La Nuez de Cola Coca era un jarabe, así lo demuestran las primeras etiquetas y también el Diploma de Mérito Extraordinario obtenido en Londres en 1882. ¿Coincidencia? Estas cosas ocurren por no registrar los productos a tiempo. Antes no se registraba un producto hasta comprobar que era aceptado, así que la Nuez fue registrada como licor en 1903», señala Toni Barber, historiador del pueblo.

Mientras la Coca Cola se disparaba en Estados Unidos, la fábrica de licores de Aielo pasaba por diferentes dueños hasta el comienzo de la Guerra Civil española cuando fue ocupada. La producción durante y después del conflicto continuó pero a media máquina por la escasez de materia prima y por la desolación de la posguerra.

Años después, en 1953, ambas bebidas se volverían a cruzar. Coca Cola, en plena apertura de mercados, aterrizaba en España, pero allí se toparía con un obstáculo: una bebida de nombre parecido y con la misma base que, según las leyes españolas, impedían su comercialización para evitar confusiones: la Nuez de Cola Coca.

Los delegados de la compañía estadounidense no tuvieron más remedio que acercarse hasta Aielo de Malferit y comprar la patente. En pocos años «la chispa de la vida» inundó toda la península.

La Nuez de Cola Coca se siguió produciendo pero con alcohol. Pese a todo, la fábrica de licores de Aielo (de las más antiguas de España) sobrevive. En sus paredes cuelgan las medallas y diplomas de finales del siglo XIX y comienzos del XX, cuando era un referente de creatividad.

Los licores aún se elaboran de forma artesanal. La leche de vieja, el placer de damas, la propia nuez, suelen despacharse para bodas o eventos especiales como auténticas rarezas.

Allí, en torno a una mesa, los invitados brindan con una misteriosa bebida negra y dulzona que inmediatamente les recuerda algo. Luego alguien comienza una historia que parece una leyenda: «¿Sabían que la Coca Cola nació en un pueblo de Valencia?».

Fuente: Juanjo Robledo, España para BBC
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